Barrera educativa
Se3ñor director:
En una entrega anterior en este mismo espacio establecimos el daño que ha sufrido el sistema educativo por disposiciones ejecutadas por algunos ministros de esa cartera, mareados parcial o totalmente por los sumos del poder. La gran barrera para el desarrollo de la educación dominicana es la politiquería que absorbe, se apropia e irrespeta todo. Hoy continuamos opinando que, alrededor del 90% de directores y subdirectores de centros de enseñanza son peledeistas nombrados y/o ascendidos por la fundamental condición de ser del partido morado, ignorando que los resultados de un centro educativo dependen en gran parte del director/a, cabeza visible que guía, orienta y acompaña a su personal dentro de un marco democrático, participativo y de responsabilidad compartida en beneficio de los actores mas importantes del sistema que son los educandos.
Tan pocas eran las condiciones personales y académicas de gran parte de estos designados y/o ascendidos por merito político, que doña Josefina Pimentel, tuvo que crear una escuela de directores de planteles para formarlos sobre el desempeño de los puestos que ostentan. La realidad es que muchos de los ascendidos eran los peores docentes en las aulas. Entre ellos los hay que no aprendieron a aprender ni a engeñar, lo cual es una barrera para mejorar la calidad de la educación, lo mismo que la ausencia de sanción ante las faltas cometidas, pues maestros y directores se han hecho intocables, y por demás, cada quien tiene su padrino o madrina. Antes era la ADP que apoyaba las faltas de los educadores, pero ahora son los dirigentes políticos sean funcionarios o no.
La Ley 66’97 prevé un Estatuto del Docente que recomienda las sanciones correspondientes a una escala de faltas cometidas. Pero la politiquería que ha permeado y usurpado todo, ha llevado el desorden a los planteles. En un posible nuevo paradigma de enseñar y aprender hay que lograr que todo lo que se haga en las escuelas sirva de ejemplo al alumnado; que enhestar la bandera y cantar el Himno Nacional no sea una simple rutina; donde se promuevan y se practiquen los valores; donde predominen los buenos modales; donde la participación, la creatividad, el descubrimiento y desarrollo de los talentos sean como eje transversal de los procesos educativos.
Atentamente,
Lic. Santiago Martínez

