Invasión haitiana
Señor director
En los últimos años distintos sectores del país han debatido las causas y consecuencias de la llegada de una gran cantidad de inmigrantes haitianos en el territorio de la República Dominicana.
Hay quienes aseguran que esa migración de nuestros vecinos, obedece a un plan trazado por los Estados Unidos, Francia, Canadá y otras naciones, para no cargar con la responsabilidad de ayudar a la nación que nos ha tocado tener al otro lado de la frontera.
Sin entrar en consideraciones acerca de las intenciones de esas naciones, creo que hemos perdido el tiempo lamentando y pidiendo soluciones que nunca hemos decidido implementar, mientras cada día más indocumentados llegan al territorio nacional.
Sostengo que ya es muy tarde para resolver el problema de miles de inmigrantes haitianos que se ganan la vida en el sector turístico de la provincia La Altagracia, donde 8 de cada 10 trabajadores son haitianos.
En esa región existen poblaciones enteras de nacionales haitianos, como El Hoyo de Friusa, Verón, Kosovo, Haití Chiquito, etc, donde es fácil hallar discotecas que tocan exclusivamente música del vecino país
También es muy tarde para solucionar la situación de 12 comunidades de la provincia Montecristi, que hoy están habitadas totalmente por migrantes de la vecina nación.
Ópino que también es muy tarde para solucionar o reglamentar la presencia de miles de venduteros públicos de origen haitiano que se ganan la vida en las calles de Santo Domingo, Santiago, Higüey, San Cristóbal, Baní, Azua, Barahona y otras ciudades, vendiendo frutas y vegetales, tarjetas de llamadas telefónicas, agua embotellada, perfumes, cosméticos y sabrá Dios cuantas cosas más.
No tengo nada nuevo que decir en torno al número de obreros haitianos que laboran en la industria de la construcción, en los campos agrícolas, en el motoconcho y por último en el transporte público de pasajeros en Santo Domingo.
Hago estos señalamientos sin ánimo de ofender, sino, para demostrar que los dominicanos hablamos mucho y no hacemos nada.
Creo que la masiva presencia haitiana en el país ya no se puede parar, por lo que debemos regularla.
Atentamente
Ruddy Germán Pérez
periodista