Opinión

CARTAS DE LOS LECTORES

CARTAS DE LOS LECTORES

Debilidad judicial

Señor director:

Parece ser que en nuestro país muchos desalmados seguirán violando mientras vida tengan, por la voluntad expresa de autoridades judiciales benévolas con esos depredadores sexuales y dañadores de vida al por mayor y detalles. A esos verdugos ni siquiera se les salvan los niños, niñas y adolescentes, protegidos por la Ley 136- 03, quizás abundan los pedófilos que ignoran esa ley, pero por razones obvias la saben nuestros jurisconsultos, y por eso duele su generosidad con quienes deberían permanecer en las cárceles hasta que se sanen de la pedofilia, que está afectando mayormente a los actores más vulnerables de la sociedad. Atónitos vimos la semana pasada en el programa matutino El Despertador, el caso de una niña de nueve años violada, su padre pesaroso y agotado por cansancio que le genera esta justicia nuestra (mayormente lenta como un suero de miel abeja cuando los denunciantes afectados son pobres) narro su vía crucis y mostro documentos de las veces que han reenviados el caso.

Mientras tanto el violador anda suelto como el que nada hizo y peor aún se exhibe delante del padre, lo cual es una provocación, y por si no los saben las autoridades eso puede degenerar en tragedia y serán responsables por no ponerse en los zapatos del afectado económicamente y peor aún con la moral en suelo por el trauma de su hija. Ese caso les duele a los parientes, a los vecinos y a quienes tenemos aunque sea tres dedos de frente, y lógicamente la barba en remojo, porque el día menos pensado nos puede pasar lo mismo que a ese señor. Las violaciones son una epidemia si les sumamos a los hijos de quienes se resisten a denunciar, máxime para no coger la lucha que implica lidiar con una justicia tan cara y que discrimina a los menos pudientes. Mal que les guste a los “justicieros” llenarían varios tomos los ejemplos de su indolencia con estos.

No creo en los que comentan que hay violadores con coyundas en el poder judicial, y si fuere, los menores deberían ser una excepción, por lo difícil que es curar a los afectados, mayormente si son hijos de personas humildes que no pueden pagar los gastos psicológicos de quienes entonces tendrán que vivir traumados y frustrados mientras vida tengan. Ojalá entiendan los jefes del poder judicial, que es altísima la falta de credibilidad en la justicia de la ciudadanía y recientemente lo reseñó la encuesta de un periódico que es uno de los más leídos y creíbles del país, el 90% no creemos en ella. Eso es gravísimo, porque tener un sistema judicial con tan poquísima credibilidad es un fiasco, que contraviene el derecho que tenemos a una justicia sana.

Atentamente,

Lic. Teresa Gómez

El Nacional

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