Opinión

CARTAS DE LOS LECTORES

CARTAS DE LOS LECTORES

Criminalidad

Señor director:
Con motivo de la designación de un nuevo jefe de la Policía Nacional, algunos medios informativos han atribuido el cambio a una supuesta ineficiencia del mayor general Manuel Castro Castillo al frente del cuerpo del orden, lo cual no comparto.
El primer error es calificar como una destitución la salida de Castro Castillo de la Jefatura de la Policía Nacional, lo que tampoco es correcto.
Se destituye de un cargo a quien ha cometido una falta en el desempeño de sus funciones, o quien ha sido sacado del cargo antes de cumplir el plazo para el cual ha sido designado. Pero el mayor general Castro Castillo no cometió ninguna falta, muy por el contrario, sí cumplió el plazo establecido para ocupar la Jefatura de la Policía Nacional.

En cuanto a la violencia y la delincuencia, la Policía Nacional no es la institución encargada de prevenirla, sino de reprimirla.
No es la nuestra Policía, mal equipada y peor pagada, la responsable de que los jóvenes de los barrios pobres, que no han podido estudiar ni trabajar, se dediquen a robar, asaltar y a consumir drogas.

¿Cómo puede evitar la Policía Nacional que un banco tenga un sistema de seguridad vulnerable, o que una empresa transportadora de valores utilice camionetas comunes y corrientes, sin ningún dispositivo de seguridad, para transportar millones de pesos de un lugar a otro?

¿Corresponde a la Policía evitar que un hombre celoso mate a su mujer? Esas iniciativas corresponden a otras instancias.
La violencia, los robos y asaltos continuarán no impota quien sea el jefe de la Policía, porque se trata de un fenómeno que atañe a toda la sociedad en su conjunto.

En favor del mayor general Castro Castillo podemos decir que recuperó el carácter institucional de la Policía y hoy todos sus miembros visten el mismo uniforme, están debidamente identificados, utilizan camionetas, motocicletas y vehículos pintados del mismo color y los destacamentos y cuarteles ya no son grises, azules y verdes.

Además, se estableció un protocolo de operación y se inició el control de las patrullas para evitar la ocurrencia de acciones al margen de los reglamentos y las leyes, entre otras disposiciones.

Si estas acciones no sirven para nada, entonces, ¿para qué queremos un cuerpo policial ?
Atentamente,
Ruddy Germán Pérez
Periodista

El Nacional

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