Concreción de una alianza
Señor director:
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En el Partido Revolucionario Dominicano no descartamos de plano la posibilidad de coparticipar en un gobierno con las características citadas. No se trata de una mera repartición de cargos y funciones en la administración del Estado sino de un involucramiento consensuado para empujar todos en la misma dirección. Se trata de implementar un gobierno unificador que distribuya las responsabilidades de trabajar por el país, sin criterio partidista, sectario ni excluyente. Y eso constituye un imperativo del momento para enfrentar y solucionar los grandes males que entorpecen el arranque definitivo hacia el progreso.
En ese sentido, la propuesta temática del PRD para fundamentar la alianza con el PLD se ha estructurado en base a la oferta electoral contenida inicialmente en la candidatura presidencial de Miguel Vargas, a la que renunciara el presidente del partido blanco para dar paso a la Alianza por la Nación.
Una alianza que está llamada a encarar con carácter definitivo la crisis energética; que se aplique gradualmente entre el 3.0 y el 5.0 por ciento del PIB al sector salud entre el 2016 y el 2018; que el 50 por ciento del presupuesto de Educación se habilite para formar un nuevo magisterio que garantice una plena educación en los niveles básicos. Una alianza que se funde sobre las bases de disminuir el desempleo y de brindar nuevos espacios de oportunidades para que la juventud desarrolle todas sus potencialidades y construya un mejor porvenir.
Si el planteamiento que en este sentido se viene haciendo es verdaderamente sincero y no responde a un interés circunstancial; si todo no se queda en simples enunciados, veríamos con buenos ojos que todas las agrupaciones políticas que gravitan en el devenir político del país se den la oportunidad de estudiarlo y ponderarlo sin apasionamientos inmediatistas.
El nuevo esquema de gobierno de unidad nacional no podría tener un tinte partidista, si se pretende que lo asimilemos como un ejercicio de presentación de un proyecto de nación. Pero el solo hecho de que los principales partidos que han incidido en el panorama nacional y electoral durante los últimos decenios, concurran unidos (cohesionados por objetivos supremos que trasciendan los colores partidarios) a las votaciones del próximo año, sentaría un hito histórico e importante.
Atentamente,
Ismael Reyes Cruz