Pisando sus cenizas
Señor director:
El país ha sido entregado al provecho de la insaciable migración haitiana, complaciendo con ello a la traición local, a ciertos organismos internacionales que responden a los intereses de los Estados Unidos, a una parte importante del clero católico dominicano e incluso hasta el Papa Francisco, informado unilateralmente de la problemática dominico haitiana. Estos sectores no cesan en su afán de hacer una especie de piñata contra la historia de vergüenza, heroísmo y porvenir dominicano, por lo que tanto se ha luchado. En verdad tiene mucha razón el nacionalista Manuel Núñez, cuando se refiere a la dictadura de la víctima, estrategia que le ha dado mucha suerte a Haití, y así parece que continuará.
Estamos a favor de la celebración de efemérides, pero que a la vez se identifiquen y se vean con rigor los actuales indicadores de amenaza a la soberanía, haciendo consciente al país, de que si las intervenciones del 1916 y 1965, así como la Revolución de abril y la permanencia, durante 30 años, de una dictadura, constituyeron una afrenta, una mancha negra sobre nuestra historia y cultura, frente a lo que está ocurriendo con la migración haitiana y los planes de fusión, aquellos acontecimientos quedan muy por debajo, pues ahora está en riesgo la supervivencia como nación, y toda nuestra historia de libertad e independencia.
Atentamente
Melania Emeterio Rondon
Aumentos abusivos
Señor director:
El precio de los azúcares fue aumentado en cinco pesos la libra en los últimos días, sin que ninguna autoridad intervenga para saber las razones de esos incrementos de precios.
Ahora el precio del Azúcar parda o crema es de 27 pesos la libra y el precio de la refinada es en adelante de 30 pesos las 16 onzas.
Esos aumentos fueron dados a conocer por el comerciante René Japa, quien sostiene que no hay justificación para esos incrementos.
Yo pregunto si hubiesen sido los choferes del transporte público los autores de ese aumento de cinco pesos, es casi seguro que el Gobierno se hubiese tirado a la calle a repudiar tal acción.
Pero nadie ha dicho nada porque los malos en este país son los transportistas, los que trabajan 18 horas al día montados en una chatarra para llevarle la comida a sus hijos.
Atentamente,
Aneudy Díaz Martínez