Ricos y miserables en el PLD

Señor director:

El 90 por ciento de los peledeístas que han vivido del servicio público, a partir del 1996, estuviesen pasando una horrorosa miseria si el PLD no hubiese ganado el manejo del poder.
Ahora, estos privilegiados quieren destruir la gallina de los huevos de oro porque supuestamente están tan bien que pueden correr riesgos y pueden darse el lujo de que entre la mar, con su carga de sal.
Todo peledeísta que salga a las calles a respaldar las ambiciones desmedidas de Danilo Medina y Leonel Fernández, está propiciando la división del PLD, está propiciando que el PLD, congelado, se vuelva fuego líquido.

Que Danilo Medina tenga a la cabeza de su masacre a Elpidio Báez, es una buena señal de que propiciará una tercera opción, un Navarro. Elpidio Báez, con lo único que ha soñado, siempre, es con que en Quisqueya, especialmente en el PLD, entre un tsunami. Y eso es algo que una cabeza sensata no puede permitirlo, al menos que como en Paraguay quieran ver al pueblo dominicano quemando el Congreso y quemando a Elpidio Báez, su casa, su familia y su pandilla. ¡Créanme, este pueblo gozará viviendo un fuego así!
Pero Leonel Fernández, que cumplió su ciclo constitucional, que fue electo y que gobernó con una Constitución que establecía el “dos períodos y nunca más, nunca jamás”, anda, para arriba y para abajo, con un plebe que se cree con el derecho de proclamar “no hay vuelta atrás: nosotros, o que entre la mar”.

Todos los propiciadores de la reelección saben que están llevando al PLD hacia la bancarrota. Los números son fríos y sin posibilidad de cambiar: que el 70 por ciento de los dominicanos se oponga a un cambio constitucional, ni es paja ni tiene cocos.

Que la mayoría del electorado crea que Leonel Fernández es moralmente inviable, ni es paja ni tiene cocos. Una sola variable define el actual escenario: Ni Danilo ni Leonel. El PLD tiene que llevar una persona que no tenga rechazo de los verdes, que no esté ligado a corrupción y la impunidad, que garantice la unidad interna y que tenga absoluto respaldo de Palacio.
Atentamente,
Miguel Solano