Washington.– La Casa Blanca aseguró este jueves que no descarta la posibilidad de una cumbre futura entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, aunque subrayó que el republicano «quiere ver acciones, no solo palabras» por parte de Moscú antes de avanzar hacia un alto el fuego con Ucrania.
«Una reunión entre los dos líderes no está completamente descartada. Creo que el presidente (Trump) y toda la Administración esperan que algún día eso pueda volver a suceder, pero queremos asegurarnos de que haya un resultado positivo tangible y que no sea una pérdida de tiempo para el presidente», afirmó Karoline Leavitt.
El martes, Washington anunció que se posponía sin fecha una esperada cumbre entre ambos mandatarios, prevista para celebrarse en Budapest, donde se discutiría un posible alto el fuego en Ucrania.
Leavitt señaló que Trump ha expresado «su frustración con Vladímir Putin y, francamente, con ambos bandos en esta guerra». Añadió que el mandatario cree que «para negociar un buen acuerdo de paz, ambas partes deben estar realmente interesadas en alcanzarlo».Noticias relacionadas
La portavoz indicó que el líder estadounidense «no ha visto suficiente interés» por parte de Rusia en tomar medidas hacia la paz, motivo por el cual decidió anunciar sanciones contra empresas petroleras rusas.
Quizas te interese; El papa León XIV y Carlos III protagonizan histórica oración ecuménica en la Capilla Sixtina
«El presidente quiere ver acciones, no palabras. Está sumamente motivado por el éxito de su acuerdo de paz en Oriente Medio y quiere que esta guerra llegue a su fin, Lleva nueve meses en el cargo insistiendo en ello y cada vez está más cansado de la falta de avances de ambos lados», subrayó Leavitt.
Leavitt destacó que las sanciones son bastante robustas y mencionó reportes de medios que apuntan a que Pekín planea reducir sus compras de crudo ruso ante el temor a sanciones secundarias.
Asimismo, aseguró que Trump ha convencido a socios europeos e India de reducir su apoyo financiero a Moscú mediante la disminución de sus compras de petróleo, reforzando así la presión internacional contra el Kremlin.

