Se trata a todas luces de un peligroso desafío, que evidencia la fragilidad del principio de autoridad, la penetración de desconocidos armados en el destacamento policial de Hainamosa para sacar a un detenido.

Testigos afirman que en la operación los desconocidos hirieron a un agente de la Policía. Sobre el caso, que la Policía debe aclarar con apego a la verdad, todavía no hay mayores detalles.

Aunque no sea el primer suceso de esa naturaleza registrado en el país, pero si es como se ha revelado se ha llegado demasiado lejos en la insubordinación contra el orden y el principio de autoridad. Las especulaciones, como cabe suponer, abundan al por mayor y detalle.

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Por los elementos que giran en torno a una operación tan particular la Policía no debe tener mayores inconvenientes para desenredar la trama. Pero la acción identifica una criminalidad que no vacila en jugarse la vida en interés de alcanzar sus propósitos.

Eso de penetrar armado a un destacamento policial para sacar un preso es una ación que invita a la Policía a revisar su sistema de seguridad y de trabajo. El caso ha de servir de experiencia de que hay detenidos que no se pueden llevar a cualquier destacamento.