POR: Susi Pola
susipola@gmail.com
Rafael Gabriel García Martínez, alias “Charly”, antes de ser apresado en 2009, fungía como abogado a veces, y otras, como militar de la DNI, sin que nadie le llamara la atención porque estaba bien “enllavado” para la época. Su prontuario dice que fue sometido a la justicia varias veces: en diciembre de 1995, por asociación de malhechores, falsedad en escritura pública y usurpación de funciones, haciéndose pasar como segundo teniente del E. N.; por confeccionar carnets de la P. N. a cambio de altas sumas de dinero y hasta por haber falsificado la firma de un General.
(Tomado en febrero de 2009 de: Datos del Historial Delictivo del Archivo Central de la Policía Nacional, registrado con el No. 95023179). A estos crímenes se agregan dos violaciones sexuales conocidas; a una menor de 14 años, a la que embarazó y, después, a la menor fruto de ese embarazo, es decir, su hija, cometiendo así incesto; casos por los que fue condenado definitivamente a unos míseros 11 años de prisión por la sentencia definitiva No. 4272/2007. No obstante esta sentencia firme, evadió la justicia hasta 2009, cuando fue apresado y conducido a la cárcel de La Victoria.
Por alguna razón, el condenado Rafael Gabriel García Martínez, alias “Charly”, fue trasladado a la cárcel de Rafey el 10 de octubre de 2012 y actualmente está solicitando, en el Tribunal de la Ejecución de la Pena de Santiago, una libertad condicional.
Algunos imputados y sus familiares, con influencias en los entornos de poder, policíacos o militares, piensan que, enviando a su reo fuera y lejos de la jurisdicción que los conoce, podrán doblarle el brazo a la justicia más fácilmente. Olvidan que los crímenes todos, pero especialmente contra las niñas, niños y mujeres, son inolvidables para una colectividad en alerta permanente. Vigilancia agudizada en Santiago desde la coordinación intersectorial e interinstitucional Movimiento Vida sin Violencia, MOVIDA, encargada de fortalecer el sistema de atención a violencias contra mujeres, niños y niñas.
Las organizaciones de mujeres y de derechos humanos de Santiago, siempre le han dado seguimiento a Rafael Gabriel García Martínez, alias “Charly”, y hoy, acompañan a las víctimas y sus abogadas a la audiencia de sus reclamos, porque hay imputados como él, que deben considerarse enemigos públicos, por su naturaleza retorcida y proclive al delito permanente.
Este violador de su propia hija, no ha cumplido la mitad de la pena, porque de 2007 a 2009, vivió libre la vida loca. Pero aunque así fuera, Charly debe pagar una condena completa, porque 11 años es un regateo a sus víctimas que viven una vida entera de secuelas.

