Marriage Story: Cuando el amor acaba
Las tribulaciones, conflictos y el pesado fardo emocional que representa un proceso de divorcio son puestos en evidencia en el poderoso drama “Marriage Story”. El film no es una experiencia placentera, y tampoco es esta la película que uno recomendaría con emoción. Su ritmo es pesado y moroso, y su tono es lánguido, agreste y mayormente
árido.
Sin embargo, el film, aunque un poco más extenso de lo prudente –sobrepasa las dos horas de duración– tiene a su favor, primero, un guion preciso y rico en matices y registros que detalla algunos de los problemas comunes de un matrimonio a la deriva; y sobre todo, un conjunto de caracterizaciones tan impactantes y exuberantes que incorporan prácticamente en cada escena determinantes y decisivos elementos que desnudan y definen a los personajes en cuestión.
Escrita y dirigida por Noah Baumbach, “Marriage Story” se siente intima, auténtica y
personal. Es como si fuera la historia de alguien cercano o incluso de uno mismo, si nos
animamos por un momento, a colocarnos en el lugar de aquellos.
De cualquier modo, no deja de ser este un pertinente recordatorio de hasta dónde pueden llevar las disputas y confrontaciones entre dos seres que una vez se amaron.
Pero no hay nada que alguien pueda hacer. Solo los interesados pueden derribar sus
irreconciliables diferencias.
¿Lo lograrán? Este es precisamente uno de los aspectos que destacan en esta película,
puesto que la historia no nos impulsa a tomar partido, retratando de forma honesta y
sincera a cada quien, con sus defectos y virtudes.
El director Baumbach sabe muy bien de lo que está hablando aquí, en virtud de que él
mismo pasó por semejante experiencia, y al parecer su historia tiene algunos elementos
autobiográficos. El estuvo casado con la actriz Jennifer Jason Leigh, de quien se divorció
en 2013.
Así que está fuera de toda discusión que las actuaciones en “Marriage Story”son formidables, en particular por supuesto, los dos personajes centrales –Nicole (Scarlett Johansson), y Charlie (Adam Driver).
De lo que se trata aquí es del retrato de dos caracteres que, por las complejidades e incomprensibilidades de la vida en común, deben recorrer de un extremo a otro la espiral de la conducta humana.
