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Ciudad primada de América y su cultura

Ciudad primada de América y su cultura

Santo Domingo, capital de República Dominicana, atractivo y excelente lugar para explorar, ciudad que combina un mundo moderno, con el carisma del viejo mundo y la pasión de América Latina.

Al transcurrir del tiempo, Santo Domingo se ha convertido en una palpitante y activa metrópolis, lista para seducir al visitante; variada y excelente gastronomía, además de su vibrante vida nocturna, y amplias posibilidades de ir de compra, adaptándose así a lo que está de última en la moda internacional.

Primera ciudad europea enclavada en el hemisferio occidental, Santo Domingo aún preserva una parte importante de su patrimonio cultural entre los muros de la llamada Zona Colonial, demarcación que está bordeada por el río Ozama.

La Ciudad Colonial recoge una impresionante colección de edificaciones del siglo 16, como imponentes casas, templos católicos de piedra, y otras edificaciones que reflejan los años de finales del Medioevo.

Estas edificaciones nos dejan ver cuidadosos trazados que distan del año 1502. La Zona Colonial de Santo Domingo alberga varias edificaciones primadas de América, entre ellas: la primera catedral del Nuevo Mundo, primer monasterio, primer hospital, primera universidad, y primera corte de leyes.

Hay que mencionar, la Puerta de la Misericordia o Puerta del Conde y la legendaria y emblemática Iglesia de las Mercedes.

Reconociendo a Santo Domingo, cuna de la civilización europea en América, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró la Zona Colonial como patrimonio de la humanidad. Un gran atractivo hay en las calles adoquinadas y las fachadas de siglos de antigüedad en las edificaciones de la Zona Colonial. Están hoy convertidas en pintorescos y acogedores cafés y bares, pequeños hostales y reconocidos restaurantes.

La amplia plaza franqueada por el Palacio Diego Colón (el Alcázar), el Museo de las Casas Reales y el Reloj del Sol del siglo XVII. Los cafés de las antiguas calles toman vida al anochecer, acogiendo a visitantes y residentes que, por igual, buscan intimidad e informalidad para escapar de las tensiones diarias y sus rutinas.

Diversidad cultural

La Zona Colonial no es lo único de lo que culturalmente podemos hablar en cuanto al Distrito Nacional, o la capital dominicana; nuestra variedad cultural es amplia y diversa, aunque a veces pecamos del desconocimiento y hasta llegamos a confundir nuestras raíces.

Y pudiéramos decir que en la actualidad sufrimos una gran pérdida de nuestros valores. Dentro de ellos los valores y tradiciones culturales son de primer orden. Estamos compelidos a rescatar nuestros valores y tradiciones culturales. Nuestra idiosincrasia.

Cuando a muchos nativos se les pregunta cómo se originó el pueblo dominicano, una gran cantidad responde rápidamente diciendo que somos descendientes de españoles, otros sostienen que la mayoría desciende de africanos, aunque casi todos se definen a sí mismos como indios o de color indio.

Esas respuestas apuntan a una realidad poco estudiada o poco conocida, lo que nos deja ver que la diversidad cultural dominicana es una diversidad olvidada, por no decir desconocida.

La Ciudad Colonial recoge una gran colección de edificaciones del siglo XVI.

Reconocemos de ella nada más que unos pocos fragmentos que aprendemos cuando vamos a la escuela o a la universidad y en la postmodernidad y en la era tecnológica, por lo que averiguamos y nos dicen los comentaristas más o menos educados de la radio y la televisión, que nunca es suficiente.

La cultura sigue siendo pues una de las materias a las que hay que prestar gran atención. La Zona Colonial posee un potencial educativo y turístico que nuca ha sido bien aprovechado o si se quiere decir de otro modo, ha sido sub-utilizado. Esta constituye en sí misma un gigantesco museo. ¡Aprovechémosle de verdad! Sin demagogia…

(El autor es periodista).

El Nacional

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