Otra vez la leche
El ministro de Agricultura, Osmar Benítez, no demoró en oponerse al aumento del precio de la leche que reclaman los ganaderos. Tras rechazar que la producción del alimento haya disminuido, Benítez dice que el incremento de 23 a 30 pesos, con que cargarían las procesadoras, perjudicaría a los consumidores de más bajos ingresos.
Los productores de leche tienen sus argumentos, pero la realidad es otra. Las alzas de precio no pueden ser resultado de peticiones, sino de estudios ponderados, en que se tomen en cuenta todos los factores. En un comercio tan especulativo, sería muy difícil evitar que un ajuste en el precio de sustentación del alimento, por más moderado incluso que sea, surta efectos inflacionarios.
Benítez no lo dijo, pero se habla de que el aumento que reclaman los ganaderos podría elevar el litro de leche hasta a 90 pesos a los consumidores.
Lo más aconsejable es que las autoridades estudien a fondo la situación de la ganadería para buscar una salida que no perjudique a los sufridos consumidores, pero tampoco a ningún sector en particular. También sería un crimen, aunque no sea lo que parece, dejar que colapse la ganadería.