Denuncia grave
La adulteración de medicamentos es un viejo problema que las autoridades no acaban de resolver. Pero una denuncia del presidente de la Unión de Farmacias, Raúl Hernández Castaños, indica que el crimen que representa la falsificación de fármacos es más grave de lo que se suponía.
No se trata de la fabricación clandestina de productos que en lugar de mejorar pueden afectar la salud, sino, según Hernández Castaños, de la existencia de una especie de cártel entre laboratorios y Administradoras de Riesgos de Salud (ARS) en la elaboración y distribución de medicamentos falsificados.
De seguro que los medicamentos no son simples calmantes, sino fármacos de más valor, posiblemente para la hipertensión, diabetes y otras enfermedades. Se da por descontado que para una denuncia tan comprometedora el dirigente farmacéutico tiene que contar con evidencias que no dudaría en poner en manos de las autoridades, si es que no lo ha hecho.
La clausura de laboratorios ilegales, la confiscación de medicamentos adulterados y la detención de supuestos involucrados en el negocio dan crédito a la denuncia de Hernández Castaños sobre una práctica que pone en riesgo la salud de los consumidores.