Esperanzas 2020.-
Diciembre se va. Enero ya llega. Y se cierra un periodo de 12 meses que ha estado cargado de todo: éxitos y fracasos, política (más de la que debió haber estado en nuestras vidas), inseguridad ciudadana (más de la que deberíamos aceptar como tolerable), arte popular y clásico (mejor del esperado).
Diciembre entrega sus últimas horas. Los viajeros que recorrieron kilómetros en vehículos o avión para disfrutar en sus pueblos, las fiestas de fin de año han iniciado el regreso.
El inicio de un año supone para tanta gente, el comienzo de una nueva etapa.
Para la gente, un nuevo año es hoja en blanco a ser llenada de palabras, ideas y propósitos, camino por ser recorridos, tiempo para encaminar sueños, senda de sueños para fantasías, cima a alcanzar para iniciar o concluir empeños, proyectos, deseos inéditos y repetidos, realizaciones.
Es hora de inicios.
Tiempo de comienzos.
Época propicia para hacer promesas: rebajar de peso, cuidar la salud, aumentar los ingresos, iniciar nuevos proyectos gestionarnos financieramente, ampliar la vida espiritual, mejorar nuestra actitud de inclusión, etapa para tratar de ser mejores y más justos, para reconocer lo bien hecho y para levantar la voz contra la injusticia y la iniquidad.
El tiempo que llega en 2020 estará matizado por la política, las elecciones de todo tipo, las apetencias, las aspiraciones legítimas y bastardas, deseo de armonía, la actitud de unidad, la postura centrada en cada quien y en cada interés particular.