45 días por la vida
No hay muchas formas acomodadas de decirlo: la covid-19 nos está ganando la batalla, sobe el lomo de la estupidez y la negligencia humana.
El nuevo estado de emergencia por 45 días acordado por las autoridades gubernamentales, las actuales y las electas, es una decisión correcta, urgente, necesaria y prioritaria.
La población, me refiero a la que ha evidenciado un comportamiento irresponsable (lastimeramente una mayoría) frente a la pandemia y necesita transformar su actitud ante el gravísimo problema de salud.
El tiempo que sea necesario estar en cuarentena hogareña, en desmedro de cualquier otra consideración económica o productiva, debe ser guardado.
El cuadro podría servir perfectamente como argumento fantástico a una obra teatral del absurdo: la gente atentando contra sí misma en función de la ausencia de disciplina y lineamientos coherentes con la vida.
El tema del manejo de la covid-19, no es un asunto inherente al deber de las autoridades (las que sean, las que están ahora o las que se incorporan al gobierno el mes entrante). Se trata de un tema de supervivencia de la comunidad nacional.
Cada persona de las que se lanzan a la calle huyendo de la soledad y el encierro, cada persona que opta por una cerveza con amistades, olvidando el distanciamiento social, es un atentado directo a la salud de toda la comunidad.
Hace falta conciencia, actitud de disciplinar esos reductos ineducados en salud. Hace falta que la parte que ha estado fallando (la mayor parte de la gente) reoriente sus pasos. De otra forma, habremos de pagar un precio muy alto en costos médicos, en salud y en vidas humanas. ¿Hay que esperar a que ocurra lo indeseado, para rectificar cuando ya no haya tiempo?