En Julio del 2001 no había amainado la campaña de calumnia que cubrió de sombras ambos estadistas, perseguidos con saña en Venezuela y República Dominicana, fraternos socialdemócratas victimas de la desgracia.
Salvador Jorge Blanco cumplía año y había invitado a su residencia al exiliado presidente Carlos Andrés Pérez, con su cabeza erguida y el talante de combatiente no podía obviar el eco de los improperios lanzados por el chavismo contra su figura moral, y para sorpresa de los comensales que disfrutábamos de la cortesía de doña Ásela Mera de Jorge, el estadista venezolano pasó a enjuiciar la temática martillante de las «administraciones corruptas».
He aquí la confesión: En Venezuela, a nosotros nos desbordó el dinero del aumento del petróleo (1974-1979), recibimos tantos recursos que no estábamos preparados para la más correcta inversión tanto dinero que entró la avaricia con la inevitable culpable maledicencia, pero ese no es tu caso Salvador, tú administraste una crisis muy grave, que se llevó de paro el valor de la moneda de los países latinoamericanos, y lo hiciste con tanta austeridad que recobraste el valor del peso dominicano; sin embargo, tu probada honradez llenó de temor a tus adversarios y te llevaron a la cárcel repitiendo la maldición de los enemigos de Duarte sobre esta patria ..La política suele ser tan amarga en la ingenuidad de los liberales, que un presidente de la República honesto hasta su casa la pierde .un hombre justo no merece semejante castigo.
¡Reflexiones al desnudo en la cruz a cuesta del segundo destierro! Carlos Andrés había vivido su primer exilio en Costa Rica, resistiendo desde el diario La Nación a la dictadura militar de Pérez Jiménez, reaparece en el escenario como ministro de lo Interior del presidente Betancourt, pródigo en ayuda a la resistencia anti-trujillista, celebró el triunfo de Juan Bosch en Dominicana, en 1962 y deploró la invasión yanki que le impidió recobrar el poder en 1965.
Comprometido con la democracia dominicana, en 1978 fue conmovido por la voluntad popular contra la dictadura sangrienta de los 12 años, les sale al paso a los generales golpistas, Venezuela moviliza el reconocimiento internacional al demócrata Antonio Guzmán y finalmente el pucherazo cae derrotado.
En el interregno de la década perdida, la Venezuela Saudita que lo desbordó ya no era la misma, los restos del dispendioso lusinchato cayeron sobre sus hombros al retornar al poder con la contrainsurgencia fondo monetarista, los pobres irrumpen con el carachazo que ensangrienta la Capital, la popularidad el caudillo populista entra la crisis enlazada con el alzamiento militar chavista, las bases de sustentación de la democracia se dislocaron y comenzaron a buscar un culpable. ¿Dónde lo encontraron?
En la vocación americanista de este libertador de pueblos, aliados a los sandinistas en el derrocamiento de la dictadura criminal de Somoza.
Cuando éstos cayeron derrotados en las urnas por la administración Reagan, Carlos Andrés se protegió de la contra somocista a la presidenta Violeta Chamorro, enviándoles 120 oficiales encargados de su seguridad.
Allí vieron el pecado para sacrificarlo y declararlo culpable de estafa de 6 millones de dólares, costo de la operación ¡Simón Bolívar lo hubiera premiado! Pero todo el odio de la sociedad en crisis se volcó contra él.
Exiliado en Santo Domingo, el valor de su autocrítica es una lección conmovedora exclamando Jorge Blanco: El poder es una sombra que pasa. Qué equivocados están los soberbios dictadores de esta América infeliz que atropella y persigue sin deparar el mañana, somos víctimas de la perversidad dictatorial.
Aquella noche del 5 de julio, el doctor Jorge Blanco cumplía 75 años de edad, marchando en la década final el tiempo: Nos apremia dedicarnos a preparar nuestras memorias ¡tanta gente olímpicamente nos ha condenado! que nos asiste el derecho de defendernos ante la Historia.
Carlos Andrés Pérez expiró en Miami la noche del 24 de diciembre, horas después su espíritu transitando el Mar Caribe llegó a Santo Domingo y la madrugada del 25 entró a la alcoba de su amigo, y le dijo Levántate Salvador, ya somos libres. Ahora comienza la Historia.
Jorge Blanco
El ex presidente Jorge Blanco falleció la madrugada del domingo 26 de diciembre de 2010, a los 85 años de edad, luego de permanecer en ciudados intensivos por varias semanas y después llevado a su hogar.
En octubre había sufrido una caída en su residencia que le provocó una hemorragia cerebral, a consecuencia de lo cual fue sometido a dos intervenciones quirúrgicas.
Carlos Andrés
El ex presidente de Venezuela controvertido y visionario, murió el pasado 24 de diciembre en Miami de un ataque al corazón. Tenía 88 años y convalecía desde hacía dos lustros de un episodio cardiovascular que a comienzos de esta década le paralizó partes del cuerpo.