Residentes en el distrito municipal La Cuaba se han manifestado a favor y en contra de la infraestructura para reciclaje. / Fuente externa.
La construcción de un relleno sanitario en el paraje El Aguacate, de La Cuaba, para el que sus promotores dicen contar con estudios y permisos ambientales, ha generado una suspicaz oposición de sectores que insisten en calificar la obra como un vertedero a cielo abierto.
La confusión que se ha creado denota una clara manipulación que obliga a la intervención de las autoridades para garantizar el respeto a las leyes. Si no hay contaminación, ni riesgos ni se atenta contra los derechos y la vida de la zona cuesta entender la oposición al proyecto avalado por Medio Ambiente.
Más aún cuando está llamado a mejorar las condiciones de existencia de los residentes en el sector. Con la planta de reciclaje se ha dado lo mismo que con otros proyectos llamados a impulsar al desarrollo de comunidades y del país que se han atascado por supuestos intereses ambientales.
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Mejor sería que en lugar de campanas gratas o ingratas al oído los residentes en el sector ponderen las explicaciones que las autoridades están obligadas a ofrecer en torno al proyecto. De esa manera no se dejarán utilizar como tontos útiles por sectores interesados ni tampoco se dejarán llevar por la emoción.
