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Conspiración de haitianos

Conspiración de haitianos

Hugo Ysalguez

Decía un amigo, ferviente defensor de la nacionalidad, que en lo único que nos parecemos los nacidos en Haití y los dominicanos es que ninguno queremos ser haitianos, pues éstos últimos luchan en diversas formas para adquirir los documentos que los acrediten como nacionales criollos y, en última instancia, conspiran abierta y subterráneamente, para adueñarse de nuestro suelo, una anatema que están logrando con decenas de asentamientos en distintos puntos del país, ante la. indiferencia de muchos que no se preocupan por la salud de la Patria.

Es fehaciente, evidente y claro que ningún hijo de haitiano, aunque nazca en nuestro territorio, puede ser dominicano, pues nuestras leyes y la sentencia 168-13, del Tribunal Constitucional así lo disponen , y no existe ningún mecanismo legal ni intersticio donde puedan colarse los haitianos para adquirir la nacionalidad, por el hecho de su nacimiento en nuestro territorio.

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Y un registro en la Junta Central Electoral, conocido como Libro Rosado, donde se asientan los nombres de los niños hijos de extranjeros en condiciones de tránsito o ilegalidad, por lo que sus padres podrían dotarlos de documentos de identidad haciendo una declaración formal en sus respectivos consulados y marcharse del país para evitar una deportación, un procedimiento que degrada a quienes infligen las leyes migratorias.

El ordenamiento jurídico de la República Dominicana establece, entre su conjunto de reglas, el jus sanguinis que es la concesión de la nacionalidad a una persona de sus ascendientes por el simple hecho de la filiación, por lo que no aplica para los infantes que nacen aquí de miles de parturientas haitianas, con el solo propósito de conseguir un status legal para sus hijos.

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Las mujeres embarazadas haitianas y sus maridos piensan erróneamente que existe la aplicación del principio jus solis que la nacionalidad se determina en el lugar que haya nacido la persona, una norma que existe en muchos países, como los Estados Unidos, donde acudan algunas dominicanas van a dar a luz para que sus hijos disfruten de ese prerrogativa y desde niño adquieran los beneficios de la seguridad social de ese país.

De manera, pues, que ante la ausencia de un marco legal para otorgar la nacionalidad a los indocumentados, es frustratorio intentar conseguir tal categoría, toda vez que los caminos legales están cerrados, y Haití debe ser para los haitianos que están protegidos por su Constitución en su artículo 11, que expresa que los hijos de sus habitantes que nazcan en territorio extranjero conservan nacionalidad de su país.