Aunque le haya faltado poco para justificarlos, el Ministerio de Educación reconoció los errores gramaticales que se le habían señalado en los textos de primaria.

Pero lo más importante es el compromiso de hacer las correcciones en el más breve tiempo posible. A pesar de las explicaciones que posibilitan los errores la cartera carece de excusas.

Con una estructura para la elaboración, supervisión y revisión de los textos son inexcusables los errores observados por la Asociación de Industrias Editoriales de República Dominicana (Adierd).

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El conflicto por la decisión de la cartera de editar los textos es harina de otro costal. Es posible que de no observarse las autoridades no se hubieran percatado de las faltas.

Pero por más saludable que sea que Educación reconociera y se comprometiera a hacer las correcciones, es importante que se efectúe una investigación para establecer responsabilidades. Es obvio que alguien en la cartera no hizo el trabajo que le correspondía con la edición de los textos.

Dígase lo que se diga había tiempo de sobra para hacer las revisiones antes de que los libros se imprimieran con los errores que ahora se tienen que corregir.