Un editorial según Albert Camus es: “un artículo en el que se ofrece un razonamiento que permite interpretar y valorar un hecho controvertido”. Dos editoriales de periódicos matinales han dado un trato abiertamente dirigido a lograr un consenso forzado, bendiciendo la visita del canciller ruso cuando esta debe ser impugnada y no reducida a simplezas y augurios de una “inestimable dimensión cultural, histórica y estratégica”.
Hace muchos años que el periodismo dominicano ha venido beneficiándose de la oferta amplia de eficiencia democrática. Sorprende, entonces, que editoriales de dos diarios (El Caribe y Diario Libre) hayan interpretado y valorado la visita del cínico ministro ruso, controvertido como es, con los mayores elogios.
La normalidad democrática nuestra no defrauda a nadie, por lo menos para opinar con libertad, diferente a lo que sucede en el país del “bendecido ministro”, que se represalia y asesina a los periodistas; que han sido hostigados, agredidos o impedidos de la libre expresión, en un país que no ha sido nunca abierto a la reflexión democrática, al análisis y al pensamiento político.
Entonces, en este tiempo en que esos ataques a la prensa y al asesinato de periodistas: Anna Politkovskaya, muerta a balazos en 2006; Anastasia Babirova, muerta a balazos en enero del 2019; Paul Klebnikov, norteamericano, asesinado a balazos en julio de 2004; y Roshchina, ucraniana torturada y asesinada recientemente, realmente obliga a hacerle estas precisiones a quienes tienen responsabilidades públicas.
Pienso que es preferible crear espacios de silencio como repudio a una Rusia en donde es un fenómeno habitual este obstinado proceder anti democrático.
Por tanto, lo ideal es ignorarlo y no crearle climas o estados de opinión que anidan posiciones complacientes con el verdugo. Este comportamiento generoso y áulico es una sensible pérdida para la democracia dominicana y la libertad de prensa. Es la fuerza misma de la democracia que este régimen totalitario, agresivo y usurpador, suprime; es el tesoro de la identidad periodística.