Antes que diluirse no hacen más que renovarse los efectos de la tormenta sobre la suspensión de las elecciones municipales del 16 de febrero. La evaluación de los candidatos a integrar la Junta Central Electoral (JCE) ha traído a colación, con la exposición de la actual miembro y quien busca repetir en el puesto, Carmen Imbert Brugal, otra vez el conflicto.

Al citar los factores que desde su punto de vista determinaron la suspensión de las elecciones, Imbert Brugal señaló la arrogancia y la autosuficiencia.

Si pese a las investigaciones había dudas, ahora se han incrementado. Al decir que ella en ningún momento se enteró de lo que sucedía con respecto al voto automatizado se entiende que la crisis fue manejada solo por un sector de la JCE.

Sobre el fallo en los equipos solo se canceló al director de informática del organismo, en tanto la Policía y la Procuraduría General de la República trataron de involucrar en el caso al jefe de seguridad del hoy presidente Luis Abinader y a un técnico de Claro.

Imbert Brugal dijo que en Mao y San Francisco de Macorís se pudieron resolver los problemas con el sistema automatizado que no hubo manera de superar en el Distrito Nacional y otras demarcaciones.

En la entrevista Imbert Brugal significó que le mortifica “la falta de comunicación que ha tenido el país en torno a aquello que ocurrió el 16 de febrero”. Tal parece, por lo visto, que no todo ha salido a relucir y que en su momento se conocerá toda la verdad sobre la suspensión de las elecciones municipales.