Prometer más obras por distracción o por comezón aumenta el riesgo de incumplimiento y los permanentes reclamos al Gobierno, que ya se juega bastante, demasiado, y que arrastra desde el primer período. Se anunció la licitación del Monorriel, y previo a ello hay en carpeta un Tren Metropolitano. Todo indica que construirá el capital privado, y me imagino con una condicionalidad: peaje sombra.
El asunto es de vértigo, pues los atrasos en la ejecución y también la mala calidad de los servicios públicos nos adelantan que el Presidente no desdeña la ilusión. Entramos en el segundo mandato de Abinader que habría de ser el de cumplimiento de grandes promesas, y nos intriga sí estamos gobernados por la improvisación, aunque, por si acaso, es bueno advertir, que debemos evitar más fracasos.
Es verdad, hay que ver o escuchar como raro, porque normal no es, prometer tanto con tantas limitaciones. Pienso que es necesario una readaptación a fondo para llevar el Gobierno a lo operativo, a lo eficaz, con visión y excepcionalidad, y evitar ofrecer un montón de venturas, rozando ya la más pura absurdidad.
De hecho, el Gobierno se tomó un tiempo inusualmente prolongado para encargar un ministro eficaz en Obras Públicas. Un ministro con experiencia política y de trabajo público cuyo currículo no despierta las dudas razonables del anterior.
Todas estas faltas han generado duras desavenencias con la predecesora oposición principalmente aquellas piruetas en la que se embarcaron Leonel y Danilo, quienes se lanzaron contra Abinader, a quien le fascina la polémica, y que llegó a decir que “seguiré hablando sobre una obra que supera la del PLD”.
Indudablemente que ante reto tan desigual entendemos que el Presidente, a pesar de su decisión y valentía mostrada a la hora de defender su gobierno, se expone a ser engullido por la antilógica porque no cabe hacer una comparación tan desproporcionada e injusta. Pero ante tantas intenciones y todo este doble lenguaje, la oposición, aún haciendo con frecuencia sus advertencias alarmistas, esta vez acierta.