Con el reajuste de los salarios, el Gobierno tiene que tener los ojos bien abiertos, para que determinados sectores no burlen la intención de llevar una mejor remuneración a los empleados.De inmediato los trabajadores cobran un 12 por ciento de reajuste salarial, y el ocho por ciento restante les llegará en el año 2026.
Ahora más que nunca los beneficiarios del aumento salarial merecen que se les de seguimiento al caso.Por tradición, con los aumentos, por lo menos pueden haber problemas en dos variantes: hay despidos masivos de empleados para tratar las empresas de controlar las nóminas al mismo nivel, y pueden subir aún más los precios de los comestibles. Una empresa que el reajuste salarial le represente un aumento de nomina de 100 mil pesos (por ejemplo), podría despedir a todos los asalariados que estén por encima de su balance tradicional. Así, unos se beneficiarían del aumento, y a los otros, les tocaría la calle.
Nadie se lleve a engaños, esto ha pasado en todos los reajustes de salario que se han hecho en el país, no es nada nuevo, por lo que es obligación del ministerio de Trabajo estar ojo avizor y tomar todas las medidas reglamentarias.
Cada caso se debe analizar y ver de modo individual, pero no se pueden permitir los despidos masivos, para mantener los márgenes de la nómina. Inclusive, hay que reconocerlo, hay empresas pequeñas que no soportan un reajuste salarial, sin irse a una quiebra total. Se tiene que dar la concertación entre sindicalistas, empresarios y ministerio, para poder actuar con justicia, y evitar que por algún aspecto colapse el salario reajustado.
Otro aspecto salarial que tiene que ser mantenido en observación, son los aumentos en los precios de los artículos de primera necesidad. Necesario es evitar que sigan aumentando los precios de los productos, en especial luego de los reajustes.
Lo ideal era que al momento de fijar nuevo salario, se congelaran los precios de los artículos de primera necesidad, para que no continuara desbordándose el agiotimo y la especulación, que ahora mismo están a máximo nivel. También hay que mencionar las medicinas. Cada día aumentan más y nadie pone controles. Unos aducen gastos operativos, otros, los aumentos en el dólar, y cualquier otra expresión que no puede ser justificada como excusa.
Lo fundamental es proteger a la ciudadanía, y que pueda saborear un reajuste salarial justo. Si no se controla lo volátil de los precios de los alimentos, el salario quedará en el aire, desbordado por el agiotimo y la especulación.
Por: Manuel Hernández Villeta