Este año 2020 culminará la aciaga era de poder que por 20 fatídicos años ha ejercido el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), donde retornará la decencia, prudencia, eficiencia y los atributos morales y conductuales, descarrilando el tren de las providencias que los dominicanos todos aspiramos y merecemos.
La noticia y el hecho político de mayor impacto nacional 2019 resulta inequívocamente, la división profunda y sin la menor posibilidad de restaurar del PLD, es la apercepción generalizada, inclusive expresada en la encuesta diaria de El Caribe del 26 de diciembre, asignándole un 51%, un 37% baleado al Big Papi David Ortiz, y un 12% la captura del narcotraficante César El Abusador.
Una percepción socorrida en la sociedad dominicana se decanta por clausurar la era de poder del PLD, saturada de anomias, como no resolver en siete años de dos administraciones del presidente Danilo Medina los aterrantes retos de la criminalidad, narcotráfico y enriquecimientos de la cúpula del Comité Político, el Sanedrín que conduce el destino nacional por encima del Congreso, caos tránsito vehicular, permanente déficit energético y masiva invasión gradual intermitente de más de dos millones de nacionales haitianos indocumentados, permitidos por el PLD, que peligrosamente socavan la soberanía.
Estos gobiernos del PLD, sobre todo, el actual, ha subido de forma escandalosa, criminal, irresponsable y vagabundesca la deuda externa por US$45 mil millones o RD$250 mil millones, de los cuales el grueso de los compromisos se determinará injustificables, conforme se comprobará en su momento.
La noticia y el hecho político de mayor impacto en el año 2019 fue la división del PLD.
Voces reiteradas señalan al Comité Político como una cúpula financiera que compite por primera vez con el Conep, la alta cumbre empresarial privada, deviniendo, con contadas excepciones, de tigres barriales malviviendo en la parte de atrás de las casuchas, que se desplazaban en motoconchos calzando chancletas, a magnates, una de las motivaciones por las cuales la sociedad dominicana pasará factura y conducirá a juicio en los tribunales ordinarios.
Los silenciados escándalos de sobrevaluación de las dos plantas energéticas a carbón de Punta Catalina y Odebrecht, por lo que estuvieron presos Luiz Inácio Lula da Silva, Keiko Fujimori, Alan García suicidado, y Nicolás Kuzisnsky y Dilma Rousseff renunciados, expedientes que llegaran al país remitidos en su momento por la fiscalía de Brasilia, luego de concluir el proceso electoral de mayo, que permita establecer responsabilidades condignas a todos.
Ese cúmulo de frustraciones generadas por el PLD en 20 años de gobiernos, la sociedad dominicana resultará evidente que pasará factura tanto en los comicios de municipios y congresuales de febrero como el presidencial de mayo, clausurando una etapa cuestionable en logros materiales e inconductas.
El resultado final de las elecciones primarias del seis de octubre conforme cómputos finales, la Junta Central Electoral asignó a Gonzalo Castillo, candidato del reeleccionismo de Danilo 911,324 votos igual al 48.34 de la votación; Leonel 884,630, igual a 47.61, una estrecha diferencia de 27,694 votos; Luis Abinader (PRM) 283,393 votos; Hipólito Mejía 80,951 votos.
La delgada y pírrica “victoria” de Gonzalo sobre Leonel, no obstante los aluvionales recursos asignados por Danilo a su proyecto reelecionista diferido en un desconocido, ha envalentonado a Leonel competir con mayores bríos e impulsos, postulando que no fue vencido por las grandes mayorías del PLD, sino por la cúpula del Sanedrín, tesis sostenida por sus asesores de campaña, saturándolo de compulsivas adrenalinas, para esta vez vencer al Sanedrín, contando con el respaldo de las bases del PLD, es su tesis y obsesión.
En el fragor de sus proyectos políticos triunfalistas, tanto Gonzalo como Leonel, tal parecen no detenerse a meditar la realidad de la acera de enfrente, que es una porción electoral crucial, en relación a su universo cognitivo relacionado con el PLD, y la carga emocional frustratoria de todo cuanto ha aspirado en estos 20 años, sobre todo, en los últimos siete, y que el PLD no resultó caja de resonancia a esos apremios ciudadanos.
En los siete años de administración de Medina no se ha podido resolver la criminalidad.
En esa acera frontal al PLD hay una presencia de sangre auténtica nueva incontaminada, un rebrote de juventud, presidida por Luis Abinader Corona, candidato presidencial del PRM, secundado por José Luis Paliza, Faride Raful, Carolina Mejía, Mariano Sanz, y muchos más, que estructuran un grupo cohesivo y esperanzador de la sociedad dominicana capaz de retornar al ejercicio político honradez y decencia, eficiencia, final de la impunidad y la no observancia del régimen de consecuencias, el renacer en la confianza del Poder Judicial, hoy en el piso del descrédito, un Congreso sin barrilitos ni cofrecitos, un Congreso de gente decente, sustituyendo el actual de tigres corruptos.
Son retos aplastantes de superar tanto por Gonzalo=Danilo, como Leonel.
La ecuación final de este proceso electoral se decidirá si Gonzalo=Danilo ganan primera vuelta con menos del 50 por ciento, a quien respaldará Leonel.
Contrario, si Leonel gana con menos del 50 en primera vuelta, a quien respaldará Danilo=Gonzalo en segunda vuelta.
Es en ese escenario cuando el conjunto de las coyunturas redituarán plenas en Luis Abinader.