POR: Oquendo Medina
oquendomedina@hotmail.com
Danilo y el paradigma 1 de 5
La génesis de paradigma la encontramos en la palabra griega paradeigma que significa ejemplo o modelo de análisis a seguir. Dicho concepto cobró fuerza a raíz del tratamiento dado por el estadounidense Thomas Kuhn, a principio de 1960, en su elogiada obra La estructura de las revoluciones científicas. A partir de ese momento los estudiosos del tema, buscando lo paradigmático, comenzaron a observar con mucha más profundidad y espíritu crítico los procesos de cambio ordenado que en términos social, político, económico, religioso, militar o tecnológico se producían en el seno de la sociedad.
Sin embargo, sepamos que no necesariamente todo movimiento o transformación en el seno de la sociedad ha de conducirnos hacia la contemplación de un nuevo paradigma. En realidad, decimos que estamos ante la presencia de un cambio de paradigma cuando observamos que la persona en cuestión, física o jurídica, asume responsabilidades que van más allá del dirigente común, y, por tal razón, actúa en la cotidianidad de modo diferente a como solían hacerlo los que estuvieron antes que él realizando las misas funciones.
Ahora bien, sería justo hacernos la siguiente pregunta: ¿A quiénes les corresponde hacer posible la existencia de los paradigmas?
La respuesta es fácil. Pues, definitivamente, le toca a los hombres con capacidad de liderazgo (sea empresarial o político, religioso o militar), comprometido con las mejores causas de la humanidad, la tarea obligada de hacer que las sociedades, en su comprensible e incansable búsqueda de bienestar colectivo, acepten y comprendan cuando se está ante la presencia de un nuevo paradigma.
Ellos, ejerciendo sus condiciones de líderes superiores, nos indican el camino para que sepamos cuando debemos tomar como patrón o punto de referencia un nuevo modelo de pensamiento o comportamiento que contribuya a cambios reales y profundos en las estructuras de la sociedad.
Sus capacidades de percepción resulta lo suficientemente inteligente para ayudarnos y hacernos comprender cuándo realmente estamos parados frente al nacimiento de un nuevo paradigma; sea éste relativo a un nuevo modelo de desarrollo de política social, tecnológica, medioambiental, cultural, religiosa, etc.
Lo correcto siempre será que cada líder imponga su estilo de gobernar (jamás pretender alcanzar una utopía), respetando el orden establecido dentro de un sistema democrático de derecho, buscando con esto la sostenabilidad y, al mismo tiempo, el enriquecimiento de la gobernanza pública.

