POR: Ramón Rodríguez
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Se me ocurre solicitarle permiso al genio de Carlos Marx, para que me permita categorizar al Homus Narcus, como un nuevo fenómeno social, que ha producido un »nuevo modo de producción» y por ende, una nueva forma de pensar en una franja de la población dominicana, que cada día crece como la verdolaga ante un silencio cómplice y a veces motivador en muchos casos.
Hace ya mucho tiempo, en mi querida Villa Juana, le escuché decir al Mayor General, Manuel Castro Castillo, jefe de la Policía Nacional , »que vivir en un barrio no era un privilegio, pero sí una gran ventaja para conocer los fenómenos sociales». Un razonamiento sin desperdicios, que quizás explique en parte su éxito. Pues, desde este rincón del país, observamos la seria amenaza de que se consolide un nuevo tipo de sociedad: La del homus narcus.
Don Juan Bosch, quien fue acusado de ser comunista, por haber desglosado minuciosamente el tema de clases sociales en la República Dominicana, enfatizó el hecho, de que las sociedades enseñan el know how, saber cómo) a sus mujeres y hombres, siempre fundamentado en el orden económico establecido. Carlos Marx ya había dicho, que la infraestructura, las fuerzas productivas y las relaciones de producción, iban a determinar la superestructura de la sociedad: entiéndase el marco jurídico y el establecimiento de los valores sociales que forman un nuevo hombre.
¿ Y qué está pasando en la República Dominica? Pues en nuestros ojos, se está formando un nuevo fenómeno social, el cual, exclusivamente yo, he denominado: Homus Narcus. Son los individuos, cuyo único medio de producción es exclusivamente el microtráfico. Ese »Modo de producción» que antes era rechazado por los padres de los jóvenes envueltos, hoy goza de la complicidad irresponsable de muchos padres de familia, empujados en muchos casos por la necesidad.–Y no justifico-, pues, el presidente Danilo Medina ha sido el primero en reconocer la falta de empleos, la desigualdad y la asimetría en las oportunidades de los jóvenes.
El lavado de dinero, el crimen organizado y el soborno, son temas de otras entregas. Ahora, sólo quiero que pongamos atención a este fenómeno que amenaza la vida civilizada y los valores sociales.
El cambio es paulatino, pero firme. Yen ese sentido, urge que el gobierno apoye con grandes presupuestos a las instituciones llamadas a combatir ese mal. Los clubes deportivos y culturales deben recibir más apoyo. Y claro está, el Club Mauricio Báez, como institución modelo que maneja miles de jóvenes en las áreas de la educación, la salud, la cultura y el deporte, debe ser soporte motivador a nivel nacional, en esta lucha que apenas comienza.

