Opinión

DE SALUD Y OTRAS COSAS

DE SALUD Y OTRAS COSAS

Los honorarios médicos…

El costo de la atención a la salud de un paciente o de sus familiares y el pago de ese servicio es una cuestión de honor.

En la antigüedad Asclepio fue sancionado por devengar en lana y aceite el servicio que prestó a un desvalido.
En el juramento Hipocrático no se insinúa el costo del acto médico.

Posiblemente fue en el Renacimiento en que las profesiones liberales, entre ellas la medicina, incluían el costo del acto médico, que luego con la Revolución Industrial, ya en el marco de la carrera médica y los hospitales como centro de servicios, más que de beneficencia, el pago por servicios comenzó a regularse.

“La salud no tiene precio” se ha levantado como una consigna que prestigia al profesional de la medicina.
La complejidad, el sacrificio y el tiempo empleado (12 años ) en formarse como médico van dando la idea de insertare en el mercado para vivir de lo estudiado.

Desde hace mucho tiempo, los servicios prepagos establecen un sistema de aseguramiento en diversas modalidades de intermediación entre el médico y el paciente: se paga una mensualidad fija y se adquiere el derecho a facilidades como internamientos, cirugías, medicinas etc.

El médico se convierte en empleado de una aseguradora en base a un tarifario por procedimientos previamente acordados.

¿Usted acepta seguros? Es una pregunta frecuente que formula el usuario al galeno que ha elegido para que le atienda.

“Tomo su seguro pero el co pago es de mil pesos”.
La diferencia la asume el usuario de sus bolsillos y constituye una limitante para la libre elección del ofertador de servicios.

“Cuartos en manos y glúteos en tierra”.

Un 20% de ofertadores de servicios no acepta seguros.
Por ejemplo psiquiatría, cirugía estética y otros, exigen pagos directos.
¿De qué depende el costo de una entrevista profesional de primera vez, previa cita?
Los usuarios consultados coinciden en afirmar que este monto está relacionado con la experiencia y el prestigio del profesional seleccionado, además del centro médico en donde esté situado en Santo Domingo, los costos de atención privada a la salud son mayores que en las provincias).

La forma de mercadearse en su especialidad es un factor a tomar en cuenta.

La mayoría de los clientes en práctica privada vienen referidos por el llamado “paciente agradecido”.
Difícilmente el profesional liberal discute sus honorarios con el paciente, para ellos se escuda en su secretaria, no siempre tan amable en las técnicas de atención al cliente.
¿Doctor: todas las consultas cuestan igual?
Hágame una rebajita, que no vine preparado”.

Cuando se trata de cirugías y de internamiento las cosas se complican y un complejo entramado de negociaciones convierten el acto médico en un verdadero mercado persa.
“Mi seguro me cubrió una parte, el de mi esposo me puso la colita y el Dr. me rebajó bastante”.

Quiérase o no el médico distingue entre el paciente exclusivamente privado, el asegurado que paga o no diferencia y el usuario del sector público (“gratuito”)
Este último, gracias a SENASA, ha adquirido dignidad.

Termino diciendo: Cual que sea su paciente búsquele un bajadero, atiéndale con cariño y “después hablamos”…

El Nacional

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