La democracia dominicana es frágil. Subsiste con el trabajo y el esfuerzo de los partidos políticos, la sociedad civil y grupos populares y sindicalistas. Nadie hoy propugna por cambios de sistema.
Estamos enclavados en la democracia representativa con libertades generales que en ocasiones caen en el libertinaje. La libertad mal utilizada, termina con el ahogamiento de la misma democracia.
Sin favoritismo, igualdad y respeto es la consigna
Lejos estamos de los años 60 y 70, donde floreció la lucha por realizar cambios sociales, pero el intento quedó en el camino. La democracia se congeló en los doce años del doctor Joaquín Balaguer.
Fueron años de represión política y social, con imposición de un gobierno férreo que no toleraba la crítica y la oposición frontal.
La juventud contestataria de los años 60 y 70 se esfumó producto de sus contradicciones, la lucha total contra Balaguer y el no tener objetivos claros y permanentes de lucha.
Fue un error que los grupos de izquierda siguieran a todo impulso las coordenadas que venían del exterior, antes que trabajar en un modelo local de socialismo. Critica aparte, cada momento histórico trae sus líderes, sus triunfos y sus derrotas.
Hoy, viviendo en democracia, se puede dar una ojeada al pasado, para sacar conclusiones hacia el porvenir. Las torpezas de los dirigentes y las luchas antes de tiempo que conducían al fracaso. La izquierda no sobrevivió a la represión.
Cierto lo del chapeo bajito de los doce años, pero con un planteamiento democrático revolucionario los sobrevivientes podrían haber tenido una mayor presencia en la vida nacional. Hoy es imposible, por lo menos en este momento, hacer un planteamiento realista de la izquierda de viejo cuño.
Se derrumbaron los sistemas socialistas-marxistas-leninistas en todo el mundo. China está en pie con un capitalismo de Estado, donde el partido norma la vida conductual de toda la sociedad.
Ahora no hay exportación de la revolución, sino apertura de mercados. Los chinos rivalizan con los Estados Unidos sobre la principal potencia del mundo. Para la República Dominicana su futuro está en buscar el desarrollo dentro del capitalismo, no tiene otro camino a la vista.
Eso sí, tenemos una democracia sumamente frágil, que podría tropezar a la primera acción impensada de atropello, No se deben permitir violaciones a la libertad de pensamiento, y penalizar lo excesos.
Por: Manuel Hernández Villeta