República Dominicana ha sido la nación más solidaria con Haití, pero el apoyo y la generosidad se dejan de lado para dar crédito a versiones falsas e interesadas.
Podrá ser muy cierto que se debe impedir por todos los medios el ingreso al territorio de indocumentados haitianos, pero después que están aquí no queda más que aplicar la ley como a todo extranjero en situación irregular.
Con el caso de las parturientas haitianas se falta a la verdad con el propósito deliberado de presionar al Gobierno para que las acoja en el territorio.
No es verdad que las parturientas son maltratadas ni discriminadas, como denunció un comité de las Naciones Unidas.
Es lo contrario pues hasta se les permite que alumbren en los hospitales y a la hora de deportarlas se hace en autobuses con aire acondicionado y todas las comodidades y seguridad.
Las haitianas se las arreglan para parir en hospitales del país, en los que no se les niega asistencia médica, aunque se llegó a cometer la torpeza de hacer redadas en algunas maternidades.
Como es impensable que el Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación de la Mujer fuera sorprendido en su buena fe, la denuncia se hizo con el interés de hacerle daño a este país, que ha sido tan consecuente con Haití.
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Hasta vacunas para combatir la covid le donó. Tal parece que República Dominicana no tiene suerte o no ha sabido manejar en la arena internacional el caso de las parturientas indocumentadas, porque las manipulaciones son frecuentes.