Como ha sido costumbre desde hace muchos años, el Ministerio de Interior y Policía anunció la extensión del horario de expendio de bebidas alcohólicas desde 15 de diciembre al 3 de enero, que será de domingo a jueves hasta las 3:00 de la madrugada, y viernes y sábado, hasta las 4:00 ante meridiano.
La medida no incluye a colmados y colmadones, compelidos a cerrar a las 12:00 de la noche porque ha sido dirigida a discotecas, bares, clubes, restaurantes, centros de eventos y casinos, razón por la cual la ministra Faride Raful ha advertido que serán cerrados los establecimientos que violen esa resolución.
Para los días de Nochebuena y 31 de diciembre no habrá límites para la venta de alcohol, lo que seguramente resulta del agrado de dueños y operadores de bares y restaurantes, aunque se estima que una jornada de fiesta hasta la 4:00 a. m. sería más que suficiente.
La Dirección Nacional de Control de Expendio de Bebidas Alcohólicas (Coba) y la Policía tendrán que emplearse a fondo para garantizar que colmados, colmadones, lavaderos de autos y tiendas de licores no se inserten en la parranda navideña con congregaciones de “teteos” en barrios y avenidas.
Difícil sería para las autoridades controlar las discotecas al aire libre que se improvisan en zonas de malecón del Distrito Nacional, Santo Domingo Este, San Pedro de Macorís y Puerto Plata, entre otras ciudades, donde acuden miles de parroquianos con bebidas propias o las que se ofertan en esos lugares.
Toda ley, decreto u ordenanza viene acompañada del consiguiente régimen de consecuencia que se inscribe en la advertencia de la ministra Raful de que dispondría del cierre temporal o definitivo y la cancelación de las licencias a los establecimientos que violen la resolución de Interior y Policía.
Lo aconsejable sería que las autoridades equilibren las sanciones que se aplicarían con un programa educativo que exhorte a la población a moderar comportamiento y respetar las leyes y evitar desenfreno porque al fin y al cabo de lo que se trata es de fiesta e ingesta de alcohol.
Los ciudadanos deberían estar conscientes de su deber y obligación de disfrutar junto a los suyos de las festividades de Navidad y Año Nuevo en sosiego y orden, sin trasgredir las leyes ni irrespetar a los agentes del orden, la mejor manera de evitar desgracias o de ir a parar con sus huesos a la cárcel.