Es para preocuparse la revelación del ministro de Educación Superior, Ciencia y Tecnología en el sentido de que más de 100 mil estudiantes universitarios han desertado por la pandemia.
Esa afirmación de Franklin García Fermín, exrector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), convoca a reflexionar sobre la magnitud del impacto negativo de la crisis sanitaria en la educación superior.
Los valiosos estímulos facilitados por las autoridades, incluyendo las becas para especialidades y maestrías en el exterior, no redimen la baja académica que por diferentes razones se han dado miles y miles de estudiantes. Sin hablar de otras deficiencias comenzando por el bajo índice que por lo menos en la carrera de educación ha sonado la alarma.
La rectora de la UASD, Emma Polanco, se ha propuesto la ejecución de un amplio programa para rescatar a los estudiantes que han desertado de sus carreras.
Un plan similar deben aplicar los demás centros para que esos estudiantes vuelvan a las aulas a completar una formación que no tiene que ser solo para insertarse en el mercado laboral, sino hasta para entender mejor la vida.
