Opinión

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POR:  Antonio Almonte

aalmonte@hotmail.com

 

¿Qué hacer?

 

El atolladero en que se encuentra el PRD no es culpa exclusiva, ni mayor, de un agente externo, sino que es, en buena medida, consecuencia de la emotividad e irreflexión con que algunos dirigentes influyentes actuaron en coyunturas claves del pasado reciente. La emotividad, la irreflexión y la arrogancia han sido electoralmente fatales para nuestro partido. Pero, lo pasado es pasado, y sin desdeñar sus enseñanzas, hablemos del presente y el futuro del PRD. Lo primero es que la fragmentación actual del partido es atípica, lejos de la tradición de las escisiones partidarias conocidas.

Atípica no solo porque es una exigua minoría que casi expulsa a la inmensa mayoría, sino porque también es uno de los poquísimos casos en que la división es reforzada y conducida por un poder institucional de la jurisdicción creada para regular y fortalecer el sistema de partidos políticos, según se dijo seria el Tribunal Superior Electoral (TSE).

Sin embargo, la «jurisprudencia» acumulada por el TSE y las actuaciones de la JCE en el caso PRD quedaran como un veneno corrosivo para el futuro de nuestro sistema de partidos.

Frente a ese panorama de puertas cerradas, algunos compañeros han propuesto la formación de un nuevo partido político que alojaría a los dirigentes y militantes que enfrentan actualmente a Miguel Vargas y que en el interior del partido constituyen una clarísima mayoría. Otros compañeros proponen que ese segmento de perredeistas participe como cabeza de una coalición de fuerzas políticas y sociales de oposición y que postularía candidatos propios para las elecciones del 2016. La diferencia de esta posición con la anterior es que no necesariamente implicaría crear un nuevo partido puesto que podría ser utilizado (o «colonizado») otro ya existente y reconocido por la JCE.

Finalmente, algunos plantean participar en la convención del PRD, casi en las condiciones que Miguel decida, llevar candidatos propios a la convención e intentar derrotarlo con sus propios medios. A esa tesis les llaman «pelear adentro» con «garantías elementales». Frente a ese menú de opciones y al panorama del 2016 ¿qué hacer? Veremos en la próxima.

El Nacional

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