Editorial Opinión

Día del Padre

Día del Padre

Sin ese despliegue comercial y afectivo que caracteriza la celebración del Día de la Madre, con todo y el estigma que se les ha endilgado, también tienen fecha en el calendario. La figura paterna es muy controversial, a tal punto que legalmente se acepta que el progenitor no es el que engendra, sino el que cría. Y para más, por el desarrollo de las fuerzas productivas no siempre se le considera jefe del hogar.

Durante mucho tiempo la manutención de la familia corría bajo la responsabilidad del padre. Por supuesto con sus excepciones en que las madres, además de las tareas del hogar, desempeñaban otras funciones para aumentar los ingresos y mejorar las condiciones de vida de la familia. Hoy tanto la mujer como el hombre cumplen distintas responsabilidades en el aparato productivo.

Pero la independencia y producción de la madre no ha significado un eclipse de la figura del padre. Aunque se relegue en las celebraciones, el hombre es de mucha importancia para levantar y educar una familia. Ante posibles debilidades de las madres, los padres suele inspirar la autoridad y el respeto en la casa.

Quienes han sabido asumir el delicado rol de padre merecen  no solo el reconocimiento de los hijos, sino de la familia. Y que de ellos se elimine cualquier despectivo que se haya acuñado en contraposición al despliegue de entusiasmo y  cariño que supone la tradición del Día de las Madres.

No ha de olvidarse que de la misma manera en que muchas madres han tenido que suplir la ausencia del padre, de esa misma forma hay también hombres que han desempeñado ambos roles. Aunque no sea con toda la parafernalia que festeja a las progenitoras los padres son dignos de que en su día se les honre con la devoción y cariño que merezcan y que permitan las posibilidades.

Felicidades a todos los padres en este día tan especial dedicado a ellos.

El Nacional

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