Rusia parece estar en un gran dilema respecto a la guerra en Ucrania. El peso de las sanciones económicas y los cuantiosos gastos en que ha incurrido la empujan a explorar una salida a la conflagración, pero en la que aparezca como victoriosa.
Tal con esas intenciones fue que el presidente Vladimir Putin propuso que China, India y Brasil medien en la búsqueda de un acuerdo. La inteligencia militar ucrania maneja la tesis de que en realidad Rusia quiere terminar la guerra a finales de 2025 o principios de 2026, pero con una victoria, debido a que a partir del verano del próximo año empezará a tener serios problemas en la economía.
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Otro factor que se cita es que si Rusia no sale victoriosa, aunque sea por medio de negociaciones, su condición de superpotencia no sería muy respetada en la comunidad internacional.
La guerra, que Rusia calculó que terminaría en unos meses con la rendición de Ucrania ante su poderío militar, se aproxima a los dos años sin una clara definición.
Con el respaldo de Estados Unidos y la OTAN, los ucranios han ofrecido una resistencia espartana. Lo cierto es que el costo de esa guerra ha sido demasiado elevado para rusos, ucranios y el resto del planeta.