El discurso pronunciado por el presidente Luis Abinader luego de haber jurado para un segundo mandato (2024-2028) deja tras de sí una serie de preguntas que de no ser contestadas en los próximos días por el mandatario podría estar incubando una crisis entre sus seguidores que le ayudaron a lograr el triunfo.
Desde luego, que hay otros aspectos muy interesantes del referido discurso de 19 páginas y 50 minutos de duración, que pudiéramos analizar, pero que por razones de espacio no es posible hacerlo por el momento.
A lo que nos referimos es a que Abinader ha dado a conocer una serie de decretos y confirmaciones en una ceremonia celebrada en un salón del Palacio Nacional que deja claro cuáles serán los hombres y mujeres que le acompañarán para los próximos cuatro años.
Si partimos de esa realidad, no es ocioso preguntarse entonces ¿será que hasta el momento la mayoría de los representantes fundamentales de los más de 20 partidos políticos que fueron aliados con el partido oficialista en las elecciones Municipales, Congresuales y presidenciales, podrían quedarse como perico en la estaca?.
Otra pregunta que salta a la vista es que ¿De nuevo se quedarán fuera del Gabinete presidencial importantes dirigentes del Partido Revolucionario Moderno (PRM) que fueron piezas claves en el nuevo triunfo de Abinader como son el doctor Guido Gómez Masara, el ingeniero Ramón Alburquerque, entre otros?.
Claro está, un Presidente de la República no está obligado a emitir todos decretos de un solo tirón, ni designar a todo el mundo al mismo tiempo, claro que no, pero lo que sí es evidente es que como dice el pueblo llano “el que come alante, se come la mejor parte”. Y eso debe estar preocupando.
Como es sabido, los presidentes no llegan solos, es una sumatoria de esfuerzos, voluntades, colaboraciones, compromisos, donde todo el que ha aportado espera ser tomado en cuenta para servirle a su país.
Hasta el momento en el ambiente político nacional, las habladurías callejeras y algunos sectores del PRM ese es un tema de recurrente tratamiento y debate.