Al propio tiempo en que asuntos personales y grupales han sido colocados por encima del mandato del pueblo, hemos sido testigos de cómo, con la beligerancia que tradicionalmente les ha caracterizado, sectores a lo interno del gobierno fatídico del “cambio”, se disputan la supremacía de los negocios de la «res pública».
El evidente «choque de trenes» que había entre Lisandro Macarrulla, gestor financiero de parte del proyecto Luis Abinader; Roberto Fulcar, encargado operativo de la parte política del proyecto y la vice Raquel Peña.
Mientras esto sucede a lo interno del partido gobernante, el país se desgarra entre la delincuencia, los apagones y una crisis económica sin precedentes. El poder adquisitivo de la clase media y de los sectores más desposeídos se reduce cada día: Alto costo de la canasta familiar, serias deficiencias en la calidad de los servicios, poco acceso a empleos formales, la delincuencia y la criminalidad mantienen atemorizada a la ciudadanía, la energía eléctrica experimentó alzas injustificadas y han vuelto a ser frecuentes los apagones, mientras en paralelo, los altos ejecutivos del sector se realizaban, de manera indolente y lisonjera, jugosos aumentos salariales que indignaron e irritaron a la población.
En una “gestión” que apenas lleva dos años, la corrupción aflora por doquier, se le ha querido vender a la población una imagen de independencia del Ministerio Público y del Poder Judicial, pero, la verdad es que cada día se incrementa más el sentir de que la supuesta lucha anticorrupción de «los incorruptibles”, no es más que una farsa (pan y circo).
Sonados casos de corrupción se han producido en este medio término de gobierno del PRM sin que a la fecha haya algún encartado, peor aún, todos los casos han sido denunciados fruto de indagaciones realizadas por programas especializados en investigaciones, como es el caso de Alicia Ortega, Nuria Piera, Somos Pueblo, entre otros, ningún caso ha sido detectado por las entidades institucionales del gobierno ni por el propio Ministerio Público o por la Dirección General de Ética e integridad Gubernamental, al parecer, la Justicia “independiente” es selectiva.
Muy temprano, pese a habérsele comprobado una abultada Declaración Jurada de Patrimonio, la designada primera Ministra de la Juventud del «gobierno del cambio» Kinsberly Taveras Duarte, se vio precisada a tomar licencia de dicha posición.
Por: Santiago Rosa Martínez