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Drogas a granel

Drogas a granel

El decomiso de cargamentos de droga se ha tornado rutinario por lo frecuente que ocurre. A cada momento se da cuenta de la confiscación de un alijo en una lancha, un furgón en algún puerto y hasta en vehículos.

Sin embargo, en cada cargamento de cocaína que ocupa la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) asoma la intriga sobre la obstinación del narco de utilizar, pese a los golpes, este territorio para sus operaciones.

Y más cuando se ven casos como el de Nigua, donde se encontraron 227 paquetes de cocaína en una lancha sin ocupantes en las costas, y los 243 en Río San Juan. Puede pensarse que se trata de un señuelo de los traficantes para introducir un mayor cargamento por otra zona.

Pero también parece que el narcotráfico cuenta con una estructura con estrechas conexiones en estamentos que tienen que ver con la vigilancia.

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Cuando ocurren detenciones casi siempre son personas de poca monta y para colmo nunca se conocen los receptores de los cargamentos.

Parece que los pejes gordos están muy bien protegidos. Con los golpes que ha recibido el narco durante la actual es gestión es para que se haya replegado.

Sin embargo insiste en transportar cargamentos por sus aparentes puntos más comunes, que son Peravia, Barahona, La Romana y San Pedro de Macorís. Parece, por lo visto, que se tienen que remover algunas estructuras para despejar las incógnitas sobre el narcotráfico.

El Nacional

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