Santo Domingo.La necesidad de no renovar las medidas de estímulo tanto fiscales como monetarias adoptadas por las autoridades a consecuencia de la pandemia de la covid-19 fue planteada por tres economistas del Banco Central en un artículo publicado en la Página Abierta de la entidad.
Estiman que mientras dure la amenaza de recesión con sus secuelas de pérdida de empleo, caída del ingreso y aumento de la pobreza, “debemos mantener vigente la receta keynesiana de una política económica expansiva que nos permita lograr un crecimiento sostenido y revertir esas condiciones que tanto afectan a los sectores de menos recursos”. “Ahora bien, la efectividad de esas medidas de política económica requiere de un sector privado dinámico que juegue su rol en el relanzamiento de las actividades productivas, como lo venía haciendo durante los años de alto dinamismo de la economía dominicana antes de la irrupción del coronavirus. Las condiciones están dadas”, plantearon los economistas Rafael Capellán Costa, Carolina Ramos y Julio G. Andújar Scheker, quienes laboran como asesores de la Gobernación del Banco Central.
Observaron que “es cierto que vivimos un momento de grandes retos no solo para la economía dominicana, sino también para todas las economías del globo, pero también es verdad que, en múltiples ocasiones anteriores, el ingenio y el esfuerzo humano en un marco de expectativas positivas nos ha permitido salir adelante”.
Vaticinan que esta vez “no será la excepción. Aunemos esfuerzos con nuestra mirada puesta en el futuro y lograremos con las medidas implementadas una pronta recuperación de nuestra economía, un requisito impostergable para retomar el camino del desarrollo”.
Se refieren a que desde mediados del mes de marzo, el Banco Central adoptó un programa de flexibilización monetaria a través de la reducción de su tasa de política en 100 puntos básicos, situándola en 3.5 %, a la vez que tomó medidas de provisión de liquidez por unos RD$120,000 millones, incluyendo RD$20,000 millones para el financiamiento de los sectores construcción, turismo, exportación y manufactura.
De estas facilidades, se habían colocado al entrar el mes de julio RD$81,238 millones.
Como era de esperarse, el aumento de la liquidez ha tenido un impacto positivo en el crédito privado en moneda nacional, que creció 14.6 % interanual en junio.
En adición a la provisión de liquidez en pesos, se ha puesto a disposición de las entidades financieras unos US$622 millones a través de operaciones de reporto y de reducción del encaje legal en moneda extranjera, lo que, aunado a las inyecciones de divisas realizadas por el Banco Central, ha contribuido a cubrir el descalce generado por el cierre de las actividades productivas en sectores vinculados a la generación de divisas.
Por otro lado, la política fiscal ha jugado un rol importante en moderar la caída del consumo y preservar el empleo y los salarios de los trabajadores formales mediante la implementación de los programas FASE I y II, y de los trabajadores independientes a través del programa Pa’ Ti, así como mediante la ampliación de los programas de asistencia condicionada bajo la sombrilla del programa Quédate en Casa. A su vez, recientemente el gobierno decidió extender dichos programas hasta mediados del mes de agosto para no desamparar a la población más necesitada.