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Eduquemos para que el pueblo conozca las leyes

Eduquemos para que el pueblo conozca las leyes

La gran acogida que ha tenido la muy importante aprobación de la impostergable “Ley de Extinción de Dominio”, nos hace recordar una serie de dichos populares como aquellos de que “no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista”; que “el dominicano no pone candado, hasta que no le roban”; que “no hay mal que por bien no venga”; que “más vale precaver que tener que remediar”, así como aquello de que “nadie ama lo que no conoce”.

Veamos estos dichos populares en detalle:
“No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista”. -Ciertamente, desde la fundación de la República, hasta nuestros días, el enriquecimiento ilícito desde las posiciones en el Estado, ha sido más que una norma, una costumbre, al extremo de que, tanto los cargos electivos, como los que se obtienen por designación o nombramiento, son considerados por la gran mayoría de nuestra sociedad, como una oportunidad para enriquecer el que lo ocupa.

Los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana se dispusieron a crear, desde el poder, una nueva clase económica que, aunque vincula a ciertos sectores del poder de la riqueza tradicional, detuvo a otros sectores y creó una cantidad de nuevos ricos que favoreció al anillo del liderazgo político, al extremo que amenazaba con anular, a futuro, a los viejos caudillos de la riqueza parasitaria a los gobiernos.

“El dominicano no pone candado, hasta que no le roban”. -Se puede afirmar que esto es una verdad indiscutible, sólo que hay que destacar, que, a decir verdad, el candado no se había puesto, porque en una sociedad donde existan dominados y dominantes, las cosas no duelen, hasta que no les ocurren a los más poderosos. Por ejemplo, el detener la corrupción se ha dispuesto porque la oligarquía tradicional se ha visto afectada por la corrupción del PLD.

“No hay mal que por bien no venga”. -Ahora surgirá un nuevo sector de ricos: El sector que gira en torno al aparato judicial y los abogados que intervendrán en el proceso de acusación, defensa y presentación de pruebas que puedan robustecer o no, los expedientes, para fines de sanción definitiva. Muchos serán los casos reales que se caerán en el proceso por falta de esas pruebas o porque así le resulte a la élite que gire en los círculos destinados a sancionar. “Cosas veredes Sancho”.

“Más vale precaver que tener que remediar”. -Desde hace mucho tiempo hemos venido trabajando la cuestión de educar a los votantes, candidatos y al pueblo en general, para que puedan “velar por el fortalecimiento y calidad de la democracia, el respeto al patrimonio público y el ejercicio transparente de la función pública”, como muy bien lo establece el art. 75 de la Constitución en su numeral 12.

“Nadie ama lo que no conoce”. -Así es hermanos, a pesar de la Ley de Extinción de Dominio, el problema de la corrupción puede continuar, si no se lleva a cabo un amplio plan de educación que incluya a todos los centros escolares, los partidos políticos y la mayoría de la sociedad, como muy bien lo establecen diversos artículos de la Constitución, entre ellos, el 216 que obliga a los partidos a practicar la democracia interna y la transparencia y el 63, numeral 13 que hace obligatoria la educación en los centros escolares, incluyendo los universitarios.

La Ley 33-18 en su art. 34, entre otros tantos, obliga a los partidos a “formar ciudadanos con profunda vocación de servicio al país, dotados de la necesaria competencia y convicción democrática, para el desempeño de las funciones públicas”, agregando en párrafo único, que “Los partidos políticos están en la obligación de contribuir a la formación política y al adiestramiento técnico de los ciudadanos en los asuntos de Estado a la instrucción de sus integrantes en la ideología partidaria y a la difusión de los valores cívicos y patrióticos”, y ¡NO LO HACEN…CARAJO!

Ya está bueno ¡Vamos a educar, para que la sociedad conozca y valore la Constitución y las leyes!

Por: Andrés Fortunato Victoriá
andresfortunato48@hotmail.com

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