POR: Chiqui Vicioso
luisavicioso21@gmail.com
Cada fin de año reviso con cuidado a Nostradamus, las Predicciones Mayas, el Calenario Chino y el occidental, fuentes de sabiduría para estudiosos y de superficialidades para charlatanes. Independientemente de lo que puedan predecir, como vaticina una cruz cosmica que alrededor del 21 de abril hará estallar muchas situaciones, (convirtiendo Abril y Mayo en los meses mas álgidos del próximo ano), comparto aquí mis deseos para el 2014:
1.-Evitar los egocentrismos, la obstinación producto de la ignorancia y el mal genio, en todas las profesiones.
2.-Eliminar a los aventureros ideológicos de las agendas delicadas y poner las relaciones internaciones del país en manos diplomáticas, frías, calmas y estables. Sugiero a Rubén Silié como modelo del diplomático ideal.
3.-Acostumbrar al país a los Referendos Populares y otorgarles poder por encima de las instituciones. Es el pueblo el soberano no los mecanismos creados con las consecuentes diferencias de criterio, atinadas o no, de sus incumbentes.
4.-Prestar atención a lo que dice la prensa mundial sobre el país y sus procesos internos, porque cuando la izquierda y la ultraderecha internacional coinciden (ver articulo de Roger Noriega sobre “La democracia en peligro en República Dominicana, publicado en Francia) el río agua trae.
5.-Mantener la Resolución del Tribunal Constitucional para futuras inmigraciones y eliminar el carácter retroactivo de su aplicación, por todas las razones que dentro y fuera sean explicitado ya.
6.-Recordar que no somos neo-colonia de Haití, queridos “nacionalistas”, sino de quienes tienen el sartén por el mango y evitar desafiarles, a riesgo de perecer (política y físicamente) en el intento.
7.-Retomar el único mandamiento divino que los resume a todos: Amar al prójimo y prójima como a ti mismo y misma.
8.-Y evitar, por todos los medios, que la Convención del Partido Revolucionario Dominicano se confirme como la crónica de unas muertes anunciadas.
9.-Porque Abril es el mes más cruel, dice el poeta T. S. Eliot, (por lo que desatan sus atisbos de vida en gente adormecida por la abulia de la cotidianidad), pero aquí podría serlo por razones opuestas.
10.-Y, desde luego, abrazos para todos y todas los y las que leen esta columna, los y las que la permiten, especialmente a Radhamés (Gómez Pepín), los que las reciben, en especial al señor Casanova (Luis Pérez), por los amigos y amigas, aliancistas nacionales y de ultramar, por mi madre y mi padre, siempre presentes, mis hermanos y hermana, mis primos y primas, la familia extendida, actores y actrices de Evangelina y otras obras, y por la luz de la mañana, las plantas y los pájaros que nos dan la bienvenida, en este pequeño remanso de paz, que disfrutamos por el cual también damos las gracias.
Paz y bien.

