El arroz, alimento insustituible en la mesa del dominicano, sería el próximo rubro en escasear y aumentar de precio en el mundo si la India restringe el 20 % del total de sus exportaciones, lo que agravaría la situación de hambre y desnutrición que padecen millones de seres humanos en África y el sudeste asiático.
La escasez o carestía del cereal sobrevendría por esa drástica reducción en las exportaciones de ese gigante asiático que suple el 40 % de la demanda mundial, por lo que se anticipa un caos en los mercados alimenticios, ya convulsionados por la disminución en la producción y comercialización de trigo y maíz, a causa de la guerra entre Rusia y Ucrania.
La Federación Nacional de Productores de Arroz (Fenarroz) ha advertido que se produciría un incremento de precio en el cereal, lo que atribuye al aumento en un 50 % en el costo de producción por tarea, de RD$6,000 el año pasado a RD$9,200 en la actualidad, a lo que se agrega una acumulación de inventario provocados por excesivas importaciones.
Aunque la India aduce disminución en su producción arrocera para restringir exportaciones de arroz, lo que se afirma es que junto a otros productores como Vietnam y Tailandia, procuran la creación de cárteles en la comercialización del cereal para incrementar los precios, así como garantizar el consumo interno.
En República Dominicana se consumen cerca de 1.1 millón de quintales de arroz por mes, unos 13 millones 200 mil quintales al año, cultivado por más de 30 mil productores, un sector que genera más de 250 mil empleos directos e indirectos.
Gobierno y población deberían valorar lo que significa la autosuficiencia en la producción de arroz, cuyos precios se han mantenido relativamente estables durante muchos años, lo que se atribuye a la eficiencia y a los programas de pignoración que aplican las autoridades.
Economistas y políticos aconsejaron importar el cereal desde Tailandia o Vietnam porque resultaba más barato, sin tomar en cuenta que más de 300 mil familias están vinculadas a la industria arrocera y que ese es un alimento estratégico para la propia gobernanza.
A partir de 2025 quedarán liberadas las importaciones de arroz en el marco del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Centroamérica (DR-Cafta), lo que supone una tragedia para el sector, a menos que el Gobierno reclame la revisión de ese tratado. Se impone, pues, que las autoridades acudan en auxilio de los arroceros, que es lo mismo que salvaguardar la gobernanza.