Un recorrido de mil millas se inicia con el primer paso. El pasado domingo, el presidente Luis Abinader dio ese primer paso, abrazado por la voluntad popular que le dio su voto el 5 de julio, y la oportunidad de servirle al pueblo dominicano, para trabajar para enfrentar la pandemia del Covid-19; reactivar la economía, la seguridad ciudadana, la educación, rescatar la política exterior, recuperar nuestro medio ambiente y recursos naturales; y propiciar una justicia independiente que sancione la corrupción.
En su discurso del 16 de agosto el presidente Abinader expresó “…no voy a engañar a nadie con palabras dulces, promesas huecas ni horizontes falsos porque, ni la altísima magistratura que hoy asumo ni la decencia me permitirían semejante irresponsabilidad, porque vivimos una de las horas más difíciles de nuestra historia para la que no contamos con precedentes ni disponemos de recetas probadas porque, sencillamente, no existen.
Aun así, en este día solemne, ofrezco trabajo y diálogo ilimitado para, entre todos, salir adelante mas fuertes, mas unidos y cargados de esperanza.”
Ante el panorama difícil que enfrentamos como país, el primer mandatario ha sido claro y preciso: no puede quedar impune la corrupción, pasada ni futura, porque en juego está la democracia, la cual ha sido lacerada, y si se permite el reino de la impunidad, habremos fracasado e incumplido la promesa hecha a la ciudadanía. Por eso, reafirmo sus palabras que serán a la vez nuestra guía: «El que robó dinero del pueblo tiene necesariamente que pagar en la justicia por sus actos».
El cambio se ha iniciado con pasos certeros y concretos en todos los ámbitos. La fortaleza de la institucionalidad y de la democracia son el eje transversal de la visión de Estado del presidente Abinader. En ese sentido, vamos a transformar la forma en que el ciudadano se comunica con los administradores del Estado, reduciremos la burocracia, y trabajaremos para restablecer el imperio de la ley en todo el país. Atrás quedó la época en la que los distintos ministros de Estado manejaban sus decisiones, sin cumplir con el debido proceso y la transparencia.
Lógicamente, son muchas las tareas que tenemos por delante, pero deberemos priorizar y a través del diálogo y el consenso, definir los primeros cien días de gestión, teniendo presente las prioridades nacionales, como es enfrentar la pandemia y reactivar la economía.
Los que ejercen funciones en los diferentes Ministerios, son administradores de diferentes leyes, pero administradores temporales, es decir, mientras ejerzan sus funciones, por lo que debemos siempre estar conscientes de las funciones deben ejercerse con respeto, decoro y honestidad ante todos los ciudadanos.
Por: Orlando Jorge Mera
orlandojorgemera@yahoo.co