El 3 de noviembre de 1904 nació en Santiago de los Caballeros Ana Gregoria Díaz Díaz, hija del capitán Pedro Nicasio, de la Guardia Nacional (Constabulary), formada por los norteamericanos en la intervención 1916-1924) y Ana Cristina Díaz.
Ana Gregoria Díaz Díaz usó el nombre artístico de Anita Pastor, que evolucionaría a una vocalista y danzarina extraordinaria que paseó su arte en el escenario internacional con notable éxito.
Sus primeros profesores de canto y danza fueron la rusa Ann Mewich, Henry L’Crouset é Ito Pueblas.
Siendo una niña, la Compañía de Variedades y Operetas Sánchez-Peral.Chávez, escuchó cantar a Ana Gregoria y le propuso un contrato que por su corta edad sus padres objetaron.
Fue en l922 cuando Ana Gregoria salió por primera vez del país a cumplir una gira a Guatemala, Costa Rica y La Habana, Cuba, contratada por la empresa que le ofreciera su primer contrato siendo niña.
El contrato fue renovado por el gran éxito obtenido por la joven vocalista, esta vez con destino a Europa, residiendo en Madrid, España, donde actuó en innumerables presentaciones de ópera, desplazándose a varias capitales europeas y en El Cairo, Egipto, presentándose en el famoso Kit-Kat, actuando ante el rey Faruk el 25 de mayo de 1939 y en Alejandría en el Gran Hotel Continental.
La versatilidad interpretativa de Anita Pastor era impresionante, acometiendo la ópera, paso doble, corrido mejicano, rumba, tango, conga, criolla, zarzuela, como Los Gavilanes, ó cualquier canción, con el tesoro de voz de soprano lírica y admirable destreza como danzarina.
Los escenarios donde se presentaba con público de idiomas diferentes, le condujeron a aprender con fluidez francés, italiano, alemán y el dialecto catalán.
Actuó en el exclusivo club de la Legión de Honor de Francia, donde asistían jefes de Estado y de Gobierno, diplomáticos, militares de alto rango (generales y mariscales), uno de ellos, el entonces joven general Charles de Gaulle, luego héroe de Francia en la II Guerra Mundial y Presidente de la V República francesa.
Actuó a dúo en el teatro Colón de Santiago de los Caballeros con el primer barítono dominicano Eleuterio Brito (Eduardo).
En La Habana, Cuba, actuó junto a Pedro Vargas y en Francia junto a Tino Rossi, en el auditorio Casino Municipal de Niza, Francia, bajo la dirección de Paúl Ce, el Alcázar y el Palacio de Cristal, de Marsella, el Trianón y el Follies Bergere, de París, considerado como la catedral del arte francés.
En Italia actuó en el teatro Kursal, de Lugano, Odeón, Cristallo y Excelsior, de Roma, felicitada por el rey don Juan de Borbón; en el Gran Teatro Korso en Berna, el 1 de agosto de 1938; Apolo de Dusseldorf, Alemania y Gaity de Bruselas, Bélgica.
En el escenario Latinoamericano Anita Pastor actuó en el Teatro Martí de San Juan de Puerto Rico del 25 al 3l de marzo de l940, en tres presentaciones diarias y la empresa contratista de la gran soprano, Teatros Modernos, C x A la presentaba en seis escenarios diferentes por todo Puerto Rico, siendo reconocida por el escritor español Serrano Poncella, en un artículo publicado en El Mundo el 25 de marzo de 1940.
En Venezuela actuó con la Compañía Saavedra-Aranco por casi cinco meses, en los teatros Tropical, Pastora, Lamas, Royal, Rex, Ricaurte, Miranda, Bolívar y Ayacucho, presentándose en varias emisoras de radio ante la insistente aclamación y pedido del público venezolano, Radio Barquisimeto y Radio Popular,
Por su amplia actuación en los escenarios extranjeros, Anita Pastor es considerada con sobrada razón y méritos como nuestra primera gran artista reconocida internacionalmente en el género de ópera y como soprano, aunque no obtuvo la fama de nuestra excelsa María Montez, la reina del technicolor.
Casó con el señor Jorge Lama Mitre y procreando a Yorgy que, nació el 28 de agosto de 1943 y a David. Nació el 4 de agosto de 1945. Los dos en Santiago de los Caballeros.
Por los altos méritos reconocidos en los escenarios del país y el exterior, el Gran Teatro del Cibao debe llamarse Anita Pastor, en homenaje de reconocimiento a esta completa artista internacional, acción justiciera que deposito en las providencias de Abel Martínez Durán, presidente de la Cámara de Diputados y en el senador Julio César Valentín, ambos oriundos de Santiago de los Caballeros. ¡Y haréis justicia!.