Editorial

 El Informe

 El Informe

En  su Informe sobre  desempeño  económico de enero a marzo 2012, el Banco Central informó que el Producto Interno Bruto creció un 3.8 por ciento, lo que define como “crecimiento moderado por debajo del PIB su potencial”, pero se entiende mejor cuando afirma que “la economía opera por debajo de su capacidad instalada, en un entorno de estabilidad”.

Ese crecimiento, definido por las autoridades como moderado, estuvo cimentado en  refinación de petróleo,  explotación de minas y canteras, bebidas alcohólicas y tabaco, sin que  afloraran como  factores de impulso a la economía sectores otrora dinámicos como turismo, remesas,  comunicaciones e inversión.

La causa  que esgrime el Banco Central para  justificar ese crecimiento moderado por debajo del PIB potencial, ha sido el difícil entorno económico internacional, lo que  sería el factor  principal, pero no el único, pues ha incidido una combinación de variables internas, como deterioro en la calidad de gasto público y reducción de los ingresos fiscales.

 Resulta altamente preocupante que en  el primer trimestre de ejercicio fiscal, las recaudaciones  disminuyeron en ocho mil 200 millones de pesos, lo que proyectado al año sobrepasaría los 25 mil millones, déficit que sería significativamente mayor si se  señala que  en 2012  las transferencias presupuestales al sector eléctrico y al propio Banco Central  sumarían unos  setenta mil millones de pesos.

La buena noticia contenida en ese Informe  sobre desempeño económico lo constituye sin dudas  el mantenimiento de la estabilidad económica y monetaria y el hecho de  que la economía continúa el carril de crecimiento, aunque moderado y por debajo de su capacidad instalada. Bueno  es advertir que  esa  estabilidad es vulnerable por las razones del difícil entorno económico global.

El nuevo gobierno a instalarse el 16 de agosto recibe a un sector agropecuario virtualmente  estancado en términos del aporte al PIB (2.3%), lo mismo que  a la industria de la construcción (-0,3%), sin dejar de subrayar que turismo, remesas, inversiones y exportaciones no experimentaron crecimiento significativo.

Desde el día de su juramentación, el presidente Danilo Medina tendrá que emplearse a fondo para, con un entorno económico global adverso, poder relanzar  hacia el pleno de crecimiento a sectores básicos de la economía hoy rezagados, generar mayor inversión extranjera, incrementar la producción  de alimentos, generar más empleos y cumplir  con la  disminución del déficit  fiscal.

Ojalá que el nuevo gobierno, liderazgos político, económico y social asuman desde  el 16 de agosto los retos de  promover  acuerdos  y pactos de largo  alcance que impacten principalmente sobre los sectores  electricidad, fiscal, educación, salud, promoción de inversión extranjera, creación de más  empleos, como forma de blindar una economía que hoy expresa debilidades preocupantes.                          

El Nacional

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