En lo que tiene que ver con los partidos mayoritarios, PLD, PRM, PRD y PRSC, digamos que el juego ha comenzado. La Junta Central Electoral (JCE) dio por cerrado el proceso electoral en todos los niveles. La puntuación obtenida por cada cual puede influir en los comicios del 2020, pero no es el factor determinante. El disparo de salida suena igual y al mismo tiempo para los cuatro, redimidos sus pasos en tanto hagan expedito el camino a sus respectivas metas, durante el cuatrienio que inicia el 16 de agosto.

Definidos el asunto del liderazgo, el PLD ha organizado sus fuerzas haciendo frente, y probablemente superando las contradicciones que suelen socavar las bases en agrupaciones carentes de madurez política y doctrina. Decir que la prueba ha sido del todo superada sería incurrir en un exceso nada saludable. La elección, sin contratiempo, de los presidentes en las cámaras legislativa pautan una visión propicia, pero una pizca de escepticismo es aconsejable en todo caso.

El PRM luce, sin embargo, atrapado en una indefinición que amenaza con relegar este “nuevo esfuerzo” al oscuro y empantanado rincón reservado a los que la historia tritura apenas comienzan. ¿Un episodio más, como tantos, envuelto en leyenda negra de una entidad nonata que el monstruo de la división devora apenas germina? Pretender suplantar el vigoro liderazgo del ex Presidente Mejía por el espejismo visto en Abinader tiene enfrentadas tendencias que apuestan, indistintamente, a la objetividad del trecho recorrido y el tramo aun por andar. Mentores y mecenas de la política –si cabe el término-, prefieren apostar a lo probado.

El PRD, entre tanto, suma valor agregado echando a un lado las diferencias internas, naturales en una fuerza que hace tiempo viste pantalones largos en el manejo del poder. El germen de la división, que siempre asoma en la lucha política, parece haber quedado fuera. Los resultados, como las verdades, son tozudos. El espacio ganado en el nuevo cuatrienio le facilita el trabajo de organización y recomposición, necesario y estimable en su relanzamiento, Los pasos que viene dando apuntan en esa dirección.

El PRSC ha punto distancia entre sus aliados reciente para retomar el proceso de reorganización anunciado con la presentación de una nueva dirección. Decisiones que no dejan de tener relación con la activa presencia de reformistas de toda la vida que siguen al lado del partido oficial y el presidente Medina.