Editorial

El lodazal afgano

El lodazal afgano

Con el anuncio del general Kenneth Mackenzie, jefe del Comando Central estadounidense, sobre el despegue del último avión desde el aeropuerto de Kabul, Afganistán, ayer a las 3:29 p. m.,  hora dominicana, marcó el fin a 20 años de intervención militar  en ese país, la guerra más larga jamás librada por Estados Unidos.

En 2001, como respuesta al atentado perpetrado por el grupo Al Qaeda contra las Torres Gemelas y el Pentágono, el presidente George W.  Bush ordenó la invasión militar contra ese país de Asia del Sur, para desalojar del poder al grupo talibán, acusado de dar guarida a Osama Bin Laden, ideólogo de  esos ataques terroristas.

Veintidós años antes, más de 30 mil tropas de la antigua Unión Soviética invadieron a Afganistán para defender al presidente pro-ruso Babrak Karma, hostigado por guerrilleros fundamentalistas islámicos que entonces Washington  definía como “combatientes por la libertad”.

Documentos desclasificados revelan que Estados Unidos  suministró armas y dinero a los combatientes islámicos con el propósito de que  los soviéticos quedaran atrapados  en el “lodazal” afgano,  lo que permitió que años después de la salida de las tropas rusas,  el talibán asumiera el poder.

El talibán ascendió  al gobierno en 1996 con apoyo de Estados Unidos, que lo derrocó luego en 2001  al liderar una coalición militar que impuso un régimen pro occidental, pero 20 años después ese grupo yihadista retorna al trono, esta vez porque el  gobierno ni  el ejército afganos tuvieron la mínima intención de negociar ni mucho menos combatirlo.

El último avión militar que salió de Kabul ayer dejó atrás un escenario de anarquía y terror que las tropas de intervención no pudieron subsanar ni aun   al despedirse, cuando dos atentados terroristas dejaron saldo de más de 170 muertos, incluidos 15 militares estadounidenses, en la zona del aeropuerto.

 Como para no olvidar que nada humano es ajeno, República Dominicana participa del luto  por la muerte de la sargento de la Infantería de Marina, Johanny Rosario, de 25 años, causada por el atentado suicida perpetrado por terroristas en el aeropuerto de Kabul. Que Dios o Alá protejan al pueblo afgano.

El orgullo imperial de Washington y Moscú ha quedado sepultado en  el “lodazal de Afganistán”, donde  esas superpotencias intentaron en vano por 40 años imponer gobiernos de cortes socialistas o capitalistas, sin entender que ninguna guerra puede borrar de un plumazo  a una civilización milenaria.

El Nacional

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