Las primeras instituciones jurídicas y políticas “dominicanas” nacen, precisamente, con el nacimiento de la República Dominicana el 27 de febrero de 1844.
Es bueno apuntar que, según todos los registros históricos, la primera vez que surge jurídicamente el nombre “dominicanos” fue en el primer artículo de la Constitución de San Cristóbal, que expresa: “…declara que la Nación será el resultado de la unión de los dominicanos, que deberá ser libre, independiente y soberana, bajo un gobierno esencialmente civil, republicano, popular, representativo, electivo y responsable”.
Sin embargo, antes de la fundación de la República está el primer documento jurídico oficial conocido como el “Manifiesto del 16 de enero” de ese mismo año, donde fue redactada el acta de independencia, es decir, la plataforma legal y política sobre la cual se erigió la nueva Nación.
Ese manifiesto fue distribuido en hojas sueltas por todas partes, bajo la clandestinidad, por los miembros de la Trinitaria, considerada la primera organización política del país y fundadora de la República.
Según Vega (2011), el manifiesto (titulado Manifestación de los pueblos de la Parte Este de la Isla antes española o de Santo Domingo) presenta las justificaciones para la separación de la República de Haití, señalando todos los agravios sufridos durante la ocupación haitiana de Santo Domingo y pasa a detallar cómo sería la estructura jurídica del nuevo Estado que surgirá de esa separación.
Después del manifiesto sigue el denominado grito de independencia (la noche del 27 de febrero) y luego, el 6 de noviembre, nace formalmente el estatuto jurídico de la nueva república con la proclamación de la Constitución de San Cristóbal.
Entonces, después de la proclama independentista el primer gobierno dominicano fue la Junta Central Gubernativa y le tocó organizar la nueva Nación en el ámbito político, social y jurídico.
En realidad, este gobierno provisional, con función de Poder Ejecutivo, Judicial y Legislativo, tuvo como principal función la guerra contra Haití, ya que luchaba para lograr la supervivencia del nuevo Estado.
Este gobierno estaba dirigido por el experimentado intelectual, Tomás Bobadilla, quien conocía bien las leyes, había sido miembro del gobierno haitiano en su colonia de Santo Domingo Español.
Roberto Valenzuela