Con la participación del banco BHD como patrocinador oficial de la cena de gala sobre turismo de lujo, realizada el pasado martes en la ciudad de Miami, la entidad bancaria establece una impronta en la práctica del poder blando cultural en eventos de tanta trascendencia como éste.
Como lo estableció su creador en la década de los noventa, el geopolitólogo estadounidense de la Universidad de Harvard, Joseph Nye, el poder blando o «soft power» es la habilidad de una nación de persuadir a otros países evitando el uso de la fuerza o la coerción, a través de su modelo social, sus valores políticos o, como en el caso que nos ocupa, a través de su cultura.

Ese poder blando, en beneficio del país, tiene décadas ejecutándose de manera espontánea sin una línea de Estado establecida ni objetivos concretos, a través de una diáspora que durante años sembró una parte de la cultura dominicana en los países destinos donde llevó consigo las últimas canciones de sus artistas preferidos.
Así comenzó el peregrinar de los primeros artistas nacionales hacia mercados donde su principal promotor fue esa diáspora que sirvió de motor impulsor para nombres de la música dominicana que con el paso de los años se hicieron sonoros allende los mares.
En el encuentro, realizado el pasado martes en el Vizcaya Museum y organizado por el Ministerio de Turismo de República Dominicana, se logró reunir a unos 150 líderes del turismo internacional los cuales recibieron demostraciones de las bondades que en materia de turismo de lujo ofrece el país.
Como lo manifestó en la cena de gala Steven Puig, presidente del BHD, el respaldo al sector turismo es una forma no solo impulsar el desarrollo y crecimiento económico del país, sino de su gente.
El significativo aporte del BHD para la industria sin chimeneas trasciende aún más el aspecto turístico y se hace acreedor del aplauso de la industria creativa dominicana al tomar la decisión de cerrar la cena de gala con la actuación de Juan Luis Guerra, la máxima representación de la cultura musical dominicana a nivel mundial. Esa noche, con la actuación del excelso cantautor, a través del merengue y la bachata quedó demostrado que la simbiosis entre turismo y música contribuye, además del esparcimiento, al enriquecimiento cultural de los turistas y al desarrollo económico de los destinos que visitan.
Verdadero poder
Uno de los ejemplos más palpables y relevantes de la eficacia del poder blando es el K-Pop, la música popular de Corea del Sur. Famosas agrupaciones como BTS, Black Pink, Seventeen, y otras, además de los K-Dramas (series juveniles), se han constituido en dos de los principales productos de exportación de Corea del Sur. En 2018 BTS fue responsable de contribuir con 1.1 mil millones de dólares (1.7%) a la exportación total de bienes de consumo de Corea, que fue de 65.2 mil millones de dólares en 2017.