¿Qué Pasa?

El poder puede ser generador de una adicción

El poder puede ser generador de una adicción

Con innumerables ejemplos en la actualidad en diferentes ámbitos de las sociedades del mundo, sin duda somos muchos los que analizamos las ansias de poder que se apoderan de artistas, políticos, deportistas y otros oficios.
Y es que sin criticar las ambiciones de cada persona, que deben ser normales y parte de su deseo de avance, lo cierto es que en muchas personas esto se vuelve tan adictivo como insoportable.

Definido por el doctor Luis Geraldino, psiquiatra del Grupo Profesional Psicológicamente, el poder es una de las motivaciones humanas que atraviesa todas las culturas de la historia y que se muestra como un impulso básico e inherente de las estructuras jerárquicas y organizadas.

Pero “para algunos autores del campo de la salud mental el poder puede ser visto como generador de una adicción al igual que otras adicciones sin sustancias como la ludopatía o el sexo”.
Geraldino afirma que quienes quedan sujetos de aquella necesidad de relevancia alcanzada a través del proceso de mantenimiento del poder, sufren del denominado Síndrome de Hubris o intoxicación de poder.

Estos individuos, en particular, tienden a pensar que los sucesos giran alrededor de ellos y que, por ende, se mantienen por fuera de los mismos y de las reglamentaciones del sistema. Esta forma de pensar empuja a una actuación orientada hacia el autoritarismo y la concentración del poder sobre un único sujeto. Pero ¿Cómo llega el cerebro a percibir la realidad de esta manera? El profesional analiza que “una posible teoría vendría desde el denominado efecto del ganador un término utilizado en biología para describir al animal que ha ganado algunas peleas contra oponentes débiles; es decir, es mucho más probable que gane combates posteriores contra contendientes más fuertes.

Es un elemento clave en el establecimiento de jerarquías de dominación que son una característica de la mayoría de las especies animales, incluidos los humanos”.

Dice el profesional que para muchos autores es precisamente nuestra posición dentro de los órdenes delescalafón social lo que podría ser un determinante mayor, entorno al desarrollo estructural e incluso funcional de nuestro cerebro.

Trabajos realizados en 2006 señalan la importancia de las regiones prefrontales ventromediales (vmPFC) y corticales insulares del cerebro como esenciales para la evaluación precisa del riesgo y la toma de decisiones y, para la corteza insular, la conciencia adecuada de las consecuencias adversas (Paulus y Stein, 2006; Clark et al., 2008).

“Esta evidencia resulta relevante al momento de comprender la neurobiología del poder y en especial del Síndrome de Hubris como una condición en la cual la confianza indebida conduce a una evaluación de riesgo deteriorada; incapacidad para prever resultados indeseables; y toma de decisiones peligrosas y mucho daño para los demás (Owen y Davidson 2009)”.

En una investigación realizada por Smith et al. (2008) en Holanda, se encontró que en evaluaciones de capacidad y respuesta cognitiva en sujetos que habían sido escogidos de forma aleatoria, en un experimento, para asumir roles de superiores o subordinados, aquellos que estaban en la posición de subordinados al completar una prueba estandarizada manifestaban una sensación real de pérdida del poder.

Por su parte, estudios realizados en 2006 (Smith & Trope, 2006) y 2010 (Carney et al., 2010), demostraron que podría existir una relación entre el aumento en la capacidad para el pensamiento abstracto y el acceso al poder sugiriendo que no solo podría funcionar como un potenciador cognitivo, sino que podría asociarse a mejoras significativas en el estado de ánimo.

En este sentido, el profesional analiza que frente a la ausencia de poder, entonces, un sujeto acostumbrado a estar rodeado del mismo como instrumento y estilo de vida podría presentar síntomas tanto psicológicos como físicos.

Dada su similitud a ciertas conductas adictivas (Fource, 2015)y su influencia sobre nuestras respuestas cognitivas podríamos esperar aparición de síntomas depresivos, aumento de la ansiedad, alteración de los patrones de sueño y agudización de rasgos de personalidad paranoides.

UN APUNTE

Una cita

El psiquiatra cita al filósofo Bertrand Russell: “el poder, es la materia fundamental de las relaciones humanas en la forma en que la energía es el concepto fundamental en la física. Y tener poder sobre los demás, definido como el control de los recursos que desean, necesitan o temen, tiene profundos efectos en la mente y el cerebro”, concluye.